Edición Número 67 Girardot, Abril 2 de 2019
EL
NUEVO REVISIONISMO (HUECO)*
POR
NICOLÁS MORALES**
Revista ARCADIA N° 160 FEBRERO-MARZO 2019 |
El affaire
de Darío Acevedo se complica. Su pasado lo avasalla. Y todo aquel que llegue a
ese cargo en este gobierno, al parecer, tendrá problemas. Es probable que nunca
encuentren un buen candidato, la razón, el Centro Nacional de Memoria Histórica
(CNMH) conceptualmente no fue pensado para acoger revisionismos históricos. Y
esa era una política de Estado, no de gobierno. Van entonces algunas ideas
sobre este particular sin salida.
Los
profesores candidatos y sus complejos. Muchos de los revisionistas cuentan con poco apoyo de
la academia reconocida, es un hecho. Y,
por lo general, estos candidatos han tenido historias universitarias muy
desafortunadas con dificultades en su ascenso y con muy mediocres libros. La
mayoría de sus colegas los tachan de flojos. Es posible que este resentimiento
haya sido el que los empujó a ser distintos y a abrazar la ultraderecha para
parecer -de cierta forma- originales. Algo así como el historial del ministro
de Educación colombiano en Brasil.
Ni
siquiera en las épocas en que Uribe fue presidente el uribismo deslegetimó la
historia oficial. Hago
notar que las instituciones educativas y culturales del gobierno Uribe jamás
promovieron tesis revisionistas radicales y muy por el contrario se conectaron
con temas innovadores de diversidad racial y algunos otros asuntos de una
agenda progresista. En otras palabras, y sé que esto es polémico, el gobierno
de Uribe articuló un ministerio de Cultura moderado y un grupo de Memoria
Histórica que nunca llegó a ser objeto de ningún tipo de censura. Para ilustrar
esto me permito recordar que María
Victoria Uribe, académica connotada por sus análisis de violencia, fue
ratificada como directora del Instituto de Antropología por Uribe. Ironías de
la vida, después trabajaría con Gonzalo Sánchez en el CNMH. Con la actual
disparatada carrera de elección del director del CNMH queda algo claro: para
cierto sector del Centro Democrático, los ocho años de Uribe fueron muy suaves
ideológicamente. Y bueno, aspiro que se conserve el teflón en el ministerio de
Cultura, en el que fueron nombrados o ratificados por este gobierno unos
funcionarios sensatos. Pero no se confíen, queridos.
El
Centro de Memoria fue crítico de la ultraizquierda. Es impresionante ver cómo sectores intelectuales
importantes del uribismo pueden ser tan malos lectores; parece que ninguno ha
leído con detenimiento los informes que produjo el CNMH, en los que las Farc-EP
también salen muy mal paradas del análisis. Cierto, estos informes muestran lo
complejo de leer la violencia en un país como Colombia, pero si ustedes me
preguntan, hasta los congresistas de la exguerrilla deben estar aplaudiendo el
hundimiento de la era de Gonzalo Sánchez en el bendito centro.
Revista ARCADIA N° 160 FEBRERO-MARZO 2019 |
La Nueva Historia hizo la tarea. Todos los materiales
generados desde los años noventa por eminentes historiadores vulgarizadores han
dado frutos. Obvio, no hablo solo de los libros de Editorial Planeta dirigidos
por Tirado y Melo. Hablo de muchos otros libros y manuales generados por la
academia. Esto es bonito. Son textos a los que les debemos, en parte, una
opinión pública más formada y madura. Hace treinta años habría sido más fácil
adherirse a las tesis ultraderechistas de Acevedo, Torrijos y compañía de que
no hubo conflicto. Hoy hay una berrera de pensamiento sensata. Y, fíjense, no
hay una sola universidad acreditada que les sirva de respaldo.
El
revisionismo es flojo.
En general, los capítulos de revisionismo del país han sido precarios. Desde
las hipótesis absurdas de las bananeras manejadas por cierta congresista hasta
los chapuceos en la elección de la cabeza del CNMH hay una constante: es frágil
la sustentación intelectual del ultraderechismo tropical colombiano. Su
inspiración no es ni siquiera la de un derechista sensato, como un Nicolás
Gómez Dávila, sino que su fuente de ideas es la de profesores mediocres que
nunca gozaron de prestigio, calidad y carreras significativas. Súmenle a esto
que los columnistas de la derecha están lejos de ser intelectuales de derecha
prestigiosos como los hay en Europa. Los Mauricio Vargas y & están lejos de
constituir una epidermis de pensamiento porque son intelectuales flojos,
algunos con novelas insignificantes para el mundo literario. En fin, con este capítulo habrá que esperar y darle
algo de beneficio al Dr. Acevedo. Después de todo, viene de la Universidad
Nacional, y eso debió dejarle alguna impronta para aceptar debates e
interlocutores.
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*REVISTA ARCADIA/ N° 160/ 27 DE FEBRERO AL 26 DE MARZO
DE 2019
Edición Número 67, Girardot, Abril 2 de 2019
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