miércoles, 25 de octubre de 2017

Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017 – Girardot: Llegada del Hidroavión "COLOMBIA"




Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017 – Girardot:  Llegada del Hidroavión "COLOMBIA"





                                                                             Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017


LLEGADA DEL HIDROAVIÓN “COLOMBIA”


Estrictamente se cumplió el programa anunciado por la Municipalidad para el recibimiento del Hidroavión Colombia.  Fue una hermosa fiesta, sencilla y sin boato, cual corresponde a una entidad pública.
El “Colombia” esperado en un principio el martes 19 no llegó a Girardot hasta el miércoles 20 a las doce y cuarto debido a su pernoctada en Puerto Berrío y a no haber salido de este puerto hasta las diez y cinco minutos, hora en que cesó una lluvia pertinaz que produjo espesa niebla, peligrosa para emprender el vuelo.
Toda la población se hallaba en las riberas del Magdalena en espera del “Colombia”, cuya aparición en los aires fue saludada por el pitar de los buques y motores, por el Himno Nacional Alemán, tocado en Flandes por la banda del Regimiento y por las entusiastas exclamaciones del público, pleno de emoción y de contento por el éxito feliz del viaje realizado.
El<<Mariscal Sucre>>, vapor de la empresa Pineda López subió atestado de gente hasta cerca de las bocas del río Bogotá, sitio donde acuatizó el aparato. Otro tanto hizo el <<Girardot>>, vapor del Gobierno, aun cuando un poco tarde, pues prendido a última hora careció de presión en el momento preciso.
Luego de algo más de una hora de espera, sufrida valerosamente por la concurrencia bajo los rayos de un sol abrazador, llegaron al Puerto de la Plaza, los dos intrépidos Aviadores acompañados del señor Ministro Alemán,  del señor Samuel Isaacs y de varios otros distinguidos caballeros. Allí se les esperaba por el Concejo y autoridades Municipales para efectuar el recibimiento oficial y dar principio al programa.
Organizado el desfile en la Plaza Santander se dirigió al Teatro Olympia, siguiendo por la carrera 2ª., hasta encontrar el Camellón del Comercio y bajando luego hasta la carrera 3ª., en donde está situado el teatro.

Más de quince automóviles ocupados por las comisiones del Comercio, los Bancos, las Empresas de navegación, las Sociedades Obreras, Autoridades y Consejo Municipal, autoridades Departamentales y Nacional, el señor Ministro Alemán, la Prensa y distinguidos caballeros componían este simpático desfile, que marchaba entre la guardia de honor formadas por las Policías Nacional y Municipal, encabezado por la Banda del Regimiento Sucre.





1920. Hidroavión COLOMBIA en las riveras de Girardot
http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/lablaa/revistas/credencial/julio2005/imagenes/hidroavion.jpg



1920. Hellmuth Von Krohn(izq.) y William Schnurbusch
https://www.pinterest.es/pin/547680004662166969/



En el salón del Teatro hubo que esperar al señor Gobernador, quien había llegado sin aviso oficial ni particular, desde el día anterior,  lo cual motivó que por parte de las autoridades Municipales no se hubiera atendido y saludado debidamente. Llegado el señor Restrepo Sáenz acompañado de gentiles damas y de algunos caballeros los señores Personeros y Alcalde ofrecieron a la distinguida concurrencia una copa de champaña a nombre del Gobierno Municipal por el arribo a Girardot del primer Hidro-avión.
Poco después el señor Samuel Isaacs, representante aquí de la empresa, brindó en el Club Unión una nueva copa de champaña por Alemania y el progreso de las relaciones comerciales colombo-alemanas.
La Junta Directiva del Club ofreció en la noche un banquete de cuarenta cubiertos en honor de los aviadores, banquete que fue correspondido a la Junta la noche siguiente por el señor Núñez representante en Bogotá, de la Compañía.
Con placer registramos en nuestras columnas la fiesta girardoteña, tanto porque ella implica un adelanto efectivo, como porque pone de manifiesto la buena voluntad que anima a todos sus habitantes para acoger la civilización que día a día nos llega.
El Gobierno Municipal estuvo feliz; vayan para el nuestras sinceras manifestaciones por la digna actitud que asumió y por la manera fiel como interpretó el querer de la población. Es así como se contestan los ataque injustificados y apasionados; el triunfo siempre será de quien use el guante blanco en sus combates.
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Fuente: Periódico La Lucha, Girardot, octubre 24 de 1920





1920. Octubre 24 Periódico LA LUCHA
(Biblioteca Nacional de Colombia)




1920.Octubre 24 Periódico LA LUCHA (El empresario Martínez Aparicio felicita a la ciudad de Girardot con motivo del arribo del "HIDROAVIÓN COLOMBIA")




1920. Periódico LA LUCHA





 1933. Revista Cámara de Comercio de Girardot




GIRARDOT FUE CUNA DE LA AVIACIÓN


Quienes dijeron que Colombia pasó de la mula al avión, olvidaron decir que Girardot y Barranquilla fueron la cuna de la aviación comercial en América. Lo dejaron en el tintero y es por eso que el cronista se decidió a recordarlo, pues en ecuanimidad hay que dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar.
Fue el 20 de octubre de 1920 cuando sobre las aguas del Magdalena, frente a la ciudad de Girardot, se posó ágilmente el hidroavión “Colombia”, que hacía el primer viaje entre Barranquilla y el puerto cundinamarqués, inaugurando el servicio de correos aéreos en el continente.
La máquina pertenecía a la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos (SCADTA), y era piloteada por los aviadores germanos Hellmuth Von Krohn y William Schnurbusch, ambos veteranos de la primera guerra europea, donde habían ganado varias distinciones por su arrojo frente a las escuadrillas aliadas. El “Colombia”, era un hidroavión de marca Junckers, había salido el día anterior de la capital del Atlántico y tras hacer escala en algunos puertos del río,  ruta escogida por la facilidad que se encontraba para un acuatizaje de emergencia, vino a pernoctar en Puerto Berrío y de allí emprendió viaje en la mañana del 20.
La casi totalidad de los habitantes de Girardot y Flandes se encontraba en las playas ansiosa de presenciar el grandioso y desconocido espectáculo de la llegada del avión. No podía ser mayor la concurrencia, pues  a girardoteños y flamencos se sumaban las gentes que a caballo y en cuanto vehículo se había encontrado vinieron de los pueblos comarcanos. De Bogotá asistieron el señor gobernador de Cundinamarca, doctor Eduardo Restrepo Sáenz, el doctor Eduardo Santos y su esposa;  el director de “El Espectador”, don Luis Cano; los periodistas Armando Solano, Max Grillo y Guillermo Pérez Sarmiento; don Miguel Aguilera y don Carlos Hollman, en ese tiempo cónsul de Alemania.
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El servicio aéreo de correos y pasajeros siguió prestándose entre las dos ciudades. Primero semanalmente, luego dos veces y así sucesivamente hasta convertirse en servicio diario de ida y regreso. La Scadta  construyó en Flandes, frente a la parte comercial de Girardot, y precisamente donde hoy existe el hotel Iqueima Campestre, un excelente aeropuerto con amplios hangares. Ya por el año de 1921 había en aquella localidad una escuela de aviación, donde varios jóvenes amantes de la naciente y arriesgada profesión, recibieron instrucciones de mecánica: Uno de ellos era nada menos que Benjamín Méndez Rey, quien años más tarde realizaría el vuelo Nueva York-Bogotá. El mayor Pillichody, de la misión militar francesa contratada por el gobierno en esos años, impartió en aquella escuela valiosas enseñanzas. Por no haberse arreglado terrenos aptos en la zona de Girardot funcionaba en el entonces caserío tolimense la escuela, pero oficialmente se la consideraba radicada en esta ciudad. Y Girardot sonaba en la república como un centro aéreo.
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La misma empresa colombo-alemana creó y sostuvo durante algún tiempo una escuela de mecánica de aviación.  Desde 1920 quedó convertido aquel aeropuerto en una especie de colonia alemana, tal era la actividad de pilotos, copilotos, radio telegrafistas, mecánicos y demás personal técnico que allí llegaba diariamente, y buena parte del cual tenía fijada su residencia casi permanente en este sitio. Damas y niños alemanes no faltaban, dando mayor prestancia y movimiento al grupo. Era un aeropuerto moderno para aquella época, de actividad intensa, con llegadas y salida diaria de máquinas. Y se hablaba alemán, se leían revistas y periódicos alemanes y los hangares, además de ser vigilados por abundante personal humano, tenían  el servicio de grandes y bellos perros de raza alemana.
Consideraba la Scadta ese aeropuerto en lugar principalísimo dentro de sus rutas: de aquí partían las líneas Girardot-Barranquilla, Girardot-Bogotá, Girardot—Neiva. Se estableció entonces por el mayor Camilo Daza el criterio de que Girardot presenta condiciones magníficas para la aviación, inclusive para el vuelo a vela. Este mismo héroe de nuestra aviación estableció más tarde aquí su escuela de aviación civil A. B. C. fue por allá en 1940 y tuvo numerosos estudiantes, para cuyo servicio se contaba con dos máquinas Fledgling monomotores. Varios muchachos obtuvieron allí conocimientos suficientes en el arte de volar y se hicieron capaces de ingresar a las bases escuelas del ministerio de guerra. Figura simpática de la escuela del mayor Daza fue doña Biby Rodríguez Cortés, quien cursaba teoría y pilotaje y llegó a volar sola. Era natural de Guasca y se sentía orgullosa de aspirar a ser la primera aviatriz colombiana.
(“EL DEMOCRATA/ AÑO 2°/ GIRARDOT/ JULIO 11 DE 1959, N° 64)




1930's. JUNKER Trimotor
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                                                            Edición Número 7, Girardot, Septiembre 1° de 2017


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Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017 – 60 AÑOS EL DEMOCRATA



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60 AÑOS
EL DEMOCRATA
1957-27 DE SEPTIEMBRE-2017

Con el agradecimiento a Dios antes que todo, celebramos el pasado 27 de septiembre los 60 años de esta casa periodística, que nos es grato recordar a sus fundadores Carlos Falcón Ramírez, Marco Aurelio Herrera, Fernando Lozano T. y Ricardo Escobar Caviedes. También agradecer al Banco de la República por su generosa atención de habernos facilitado las instalaciones del auditorio de la Biblioteca, a su Gerente Dr. Alexio José Osorio Villegas y al coordinador cultural Néstor Raúl Peña López, como a la prensa hablada, escrita y televisiva de Girardot, Espinal e Ibagué; así mismo a todos los girardoteños que de una forma u otra hicieron sentir su beneplácito por esta gestión periodística, también a los numerosos amigos que a través de las redes sociales nos felicitaron y sin vanidad alguna de diferentes partes del mundo. 
A las anteriores palabras de EL DEMOCRATA agregamos la importancia de la prensa en el devenir de la ciudad de Girardot, su inapreciable importancia a través de su historia, las duras batallas que pocos conocen que ha desarrollado, muchas veces en solitario. Sin duda arribar a 60 años de vida periodística es un buen síntoma de buen trabajo, perseverancia, fuerza de voluntad, de esperanza en que las cosas serán mejores.
En Colombia muchos periódicos quisieran ser tan longevos y tan jóvenes como EL DEMOCRATA. Arduo trabajo tiene para los próximos diez años, que esperamos celebrar. Somos de las pocas ciudades que cuentan con un medio escrito con tanta historia encima. EL DEMOCRATA es una institución en Girardot que con el concurso de los mejores corazones continuará ando de qué hablar en las muchas batallas por el progreso.

                                                                                            



Carlos Falcón Ramírez Fundador de EL DEMOCRATA




De izquierda a derecha Sandra Milena Pautt Gutiérrez, Hernando Lozano Mora, José Reynaldo Franco Lozada, Carlos Hugo Falcón Garzón, Carlos Arturo Rodríguez Bejarano, Elmar Darío Pautt Gutiérrez




De izquierda a derecha: Juan Carlos Navarro, Hernando Lozano Mora, Gerardo Lara Lugo, José Reynaldo Franco Lozada, Carlos Hugo Falcón Garzón, Gilberto Ramírez Bejarano, José Alejandro Aljure Salame, Carlos Arturo Rodríguez Bejarano, Oscar León Falcón Garzón, Orlando Ballesteros Bocanegra  





1957. Edición Número 1
(Colección familiar)




1957. Edición Numero 3
(Colección familiar)




1958. Edición Número 41
(Biblioteca Banco de la República Girardot)




1959. Edición Número 52
(Biblioteca Banco de la República Girardot)




1959. Edición Número 56
(Biblioteca Banco de la República Girardot)




1959. Edición Número 64
(Biblioteca Banco de la República Girardot)




1963. Edición Número 166
(Hemeroteca Nacional)



1964. Edición Número 172
(Hemeroteca Nacional)



1964. Edición Número 176
(Hemeroteca Nacional)




Historieta clásica anti-comunista
(Biblioteca Banco de la República Girardot)




                                                                            Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017

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Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017 – LUIS EDUARDO CALDERÓN





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                                          CALDERÓN


Luis Eduardo Calderón nació en Girardot (Cundinamarca), el 5 de septiembre de 1941 y falleció el 5 mayo de 2014 en Girardot. Casado con Gloria Inés Muñoz el 25 de noviembre de 1962, en Flandes (Tolima); de esa unión hubo tres hijos: Nancy, Aracely y Luis Alberto.
Ingresó joven a la fábrica de ladrillos FLAM, ubicada en Ricaurte, municipio próximo a Girardot, en donde por su capacidad de trabajo, sensibilidad política y social, rápidamente se convirtió en líder y dirigente sindical, por un periodo de 18 años. Una vez retirado de FLAM, su labor política y social recibió el apoyo de sectores populares, siendo por cuatro (4) periodos concejal de Girardot, tres (3) veces diputado a la Asamblea de Cundinamarca y Representante a la Cámara por Cundinamarca.

Las fotografías corresponden al archivo familiar Calderón Muñoz



1991. Representante a la Cámara


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EL LEGADO DE LUIS EDUARDO CALDERÓN

POR EFRAÍN PASTOR NIEVES

Luis Eduardo Calderón* era esencialmente un hombre decente y coherente, de principios y convicciones, de palabra y acción. Un revolucionario en todo el sentido de la palabra: rebelde, libertario, humanista y de buenas costumbres. Igual en la vida pública que en la privada. Un hombre integral. Su vida de luchador por las causas sociales populares se enmarca en la historia del país, la Región, de Cundinamarca y Girardot. Hace parte de ella, porque fue un protagonista de primera línea de nuestra historia.
Por eso, dejó una huella indeleble en la conciencia de las gentes que lo conocieron, que lo siguieron, que votaron por él. Esa huella es su legado político, que construyó con la fuerza del ejemplo, y que hoy nos queda a los girardoteños como una evidencia de que es posible ser mejores, ser honestos y ser libres.
La vida misma fue tallando en Calderón una personalidad recia, de carácter, con alguna rudeza en el actuar cuando se trataba de oponerse a las injusticias y defender los ideales revolucionarios, sin ceder un ápice, sin transacciones de utilidad personal.
Todo empezó desde la cuna. Era hijo “natural”, criado sin padre, de un solo apellido. No pudo asistir a la escuela más allá de la primaria, por carencias básicas de su familia materna en materia económica. Tuvo que irse temprano al duro mundo laboral del rebusque,  y de adolescente se fue de trabajador a una fábrica de ladrillos para ganar un salario mínimo. Allí conoció las razones de la clase obrera, se relacionó con líderes sindicales que lo iniciaron en las ideas políticas que, desde entonces, defendería toda la vida.
La vida de obrero lo forjó como revolucionario. Se convenció de la necesidad de luchar por un mundo distinto, mejor, sin explotación y sin humillaciones en razón de la condición social. Ingresó al Partido Comunista, en el que encontró una verdadera camaradería, una escuela de formación política y una plataforma de acción revolucionaria, en la que se destacó y se convirtió en un importante líder popular, en virtud de sus capacidades y de su coherencia. Con Calderón se demuestra el postulado marxista de que “el hombre piensa como vive”.
Su formación de autodidacta fue extraordinaria. Como lo afirmara el escritor Máximo Gorky en su autobiográfica trilogía “Mis Universidades”, la vida de dirigente obrero le enseñó lo que la escuela y la universidad le negaron por fuerza de la condición social. Tuvo oportunidad de estudiar incluso en las escuelas internacionales de liderazgo en la antigua Unión Soviética y de estudiar el idioma ruso en el que podía expresarse básicamente.
Vino entonces su destacada vida de dirigente político partidista de izquierda marxista, su postulación como candidato a diferentes corporaciones colegiadas de elección popular: varias veces concejal de Girardot, Diputado a la Asamblea de Cundinamarca, Representante a la Cámara por Cundinamarca en representación del Partido Comunista, la Unión Patriótica y las distintas coaliciones electorales de sectores de izquierda e independientes que se forjaron en los años 70, 80 y 90. En todas esas dignidades Calderón se destacó por su verbo encendido, la oratoria, la seriedad de la argumentación de sus debates y alegatos, pero sobre todo por su talante democrático y su don de gentes. En el Calderón revolucionario cabe perfectamente aquello de “Lo cortés no quita lo valiente”.
En los últimos años, Luis Eduardo Calderón, como miles de viejos militantes de la izquierda, padeció la decadencia y el envilecimiento de la política y los partidos como fenómeno que azota a nuestro país al caer bajo el dominio perverso de las mafias del narcotráfico y la corrupción. La desaparición de la escena electoral y política de organizaciones sindicales como la CSTC y el Partido Comunista, que perdió la personería propia, y el aparecimiento de organizaciones más abiertas, democráticas y complejas como  la CUT y la Unión Patriótica, ilusionaron de nuevo el alma revolucionaria de Calderón. De nuevo fue candidato y nuevamente defendió la legitimidad de la participación de la izquierda en los procesos electorales y parlamentarios.
Pasada la noche negra de la exterminación de la UP, surgieron nuevas opciones democráticas, como el Polo Democrático Independiente, Alternativa Democrática y el Polo Democrático Alternativo, y allí estuvo de nuevo Calderón en primera fila enarbolando las banderas democráticas de la renovación. Siempre buscando alianzas y trazando estrategias de unidad en función de la paz y la convivencia democrática. Siempre apostándole a las vías democráticas, políticas, del cambio social.
Desde luego, en estos años últimos de su vida participó activamente en las luchas sociales y populares de los girardoteños, en los procesos de unidad, en los proyectos de integración regional, en la campaña de alfabetización, en la defensa de los usuarios de la salud y de los servicios públicos domiciliarios, en la mesa de competitividad, en los debates públicos, en los medios sociales.
Luis Eduardo Calderón gozaba del aprecio, el respeto y la admiración, como se dice, de tirios y troyanos, porque con él se podía tener diferencias y contradicciones, se podía debatir y discutir; pero no se podía pelear, porque ese era un verbo que él no dejaba conjugar en su presencia.
Girardot le debe a su hijo ilustre, Luis Eduardo Calderón, un homenaje eterno a su memoria de luchador por la unidad, la democracia y la justicia social, que debe quedar como legado para las generaciones que vendrán.
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* Periódico EL DEMOCRATA, Girardot, mayo de 2014



Diputado Asamblea de Cundinamarca




















         Luis Eduardo con Silvia Gechem de Nieto









 Durante su estadía en Moscú




De derecha a izquierda, José Alejandro Aljure Salame, Luis Eduardo Calderón y Rafael Uribe


                                                                                                  Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017



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Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017 –  (I ) UN DÍA SIGUIENDO A JORGE ELIÉCER GAITÁN (I)



                                                                                    Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017





( I ) UN DÍA SIGUIENDO A JORGE ELIÉCER GAITÁN

POR CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO

www.anibalvillanavarro.blogspot.com.co

(I)



Catorce años después de ser elegido diputado por Cundinamarca, como liberal, con los votos liberales  girardotenses, y once años antes de su asesinato, Jorge Eliécer Gaitán, el jueves 17 de marzo de 1937, regresa a Girardot por enésima vez, acompañando a Darío Echandía, candidato a la presidencia de la República por el partido liberal. Su oponente, Eduardo Santos, propietario del diario EL TIEMPO.
  
La descarga liberal comenzó en Bogotá aireada con intenso frío matutino en la Estación de la Sabana, donde miles salieron a despedirlos; en los días venideros, en cientos de cercanas y lejanísimas estaciones ferroviarias  de al menos seis departamentos, pañuelos blancos y rojos y manos desnudas que saludan y despiden, repetirán apasionadamente el gesto de victoria. Era como caminar por entre la multitud con un tren entre las manos.



https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/fotos/gaitan.jpg



En Facatativá, San Antonio, Anapoima, el kilómetro 20, Apulo, El Portillo, Tocaima, el 9, La Virginia, Barsaloza y finalmente, la gran ciudad, adultos y jóvenes se colgaban de cualquier fierro de los vagones, para estar cerca del caudillo y el candidato. Desde la Virginia dos hileras de formidables trotadores, una a cada lado del tren, apretaban el paso para llegar junto a Gaitán a la Estación de Girardot, bastión rojo por antonomasia, civilizada, combativa y liberal.

En 1930, por Enrique Olaya Herrera, el pueblo liberal vota masivamente y lo lleva a la presidencia de la República, votaron liberales que el gobierno conservador quiso o a quienes no pudo anular sus cédulas de papel para votar por el “mono”Olaya. La sangría de los altos partidistas conservadores en 1929-1930, era más que evidente. Se encontraban en bandos irreconciliables, espíritus enfermizos por el poder y el odio, que venían arrastrando pecado tras pecado; pero el que peca y reza empata, máxima popular en Colombia entre el fervoroso pueblo católico, era un hecho cotidiano en el Estado colombiano, que representaba a un solo partido.

Los liberales, los parias del paseo, no tenían derecho ni al olor democrático, pues si algo en ese momento había ganado el partido liberal era su derecho a defenderse y a acceder al poder, pero esto último era más complicado. Se definiría confiablemente para los interesados en latrocinios monumentales históricos, mucho tiempo después, fueron los herederos mentales y de clase alta y media alta, más los advenedizos,   sucesores de quienes sucedieron en los cargos de poder al momento de poner el grito en el cielo en Bogotá y mil lugares más. A partir de 1830, se dice que eran los mismos con las mismas en los mismos sentidos del poder.

Desde 1885 hasta 1930, 7 de agosto, número que si se escribe en letras pierde todo sentido, la jerarquía conservadora (no hay godo bueno, pero sí conservadores buenos, recordaba el abuelo), ponía candidatos clave, falsificaba cédulas, anulaba cédulas, certificaba quién votaba y quién no, todo en clavija contra los liberales, robaba votos, hizo fraude a más no poder, excepto en 1930. Se le terminó el aceite que mantuvo encendida la lámpara que iluminó el culebrero camino azul de Ospina, Núñez, Suárez y algunos faltones. Decían o dijeron acreditados jesuitas de la época nefasta, que el regaño papal contribuyó a aflojar el lazo de la horca política. La República, la Nación en ciernes no resistiría una elección presidencial fraudulenta. Un odio contrario incubado por los agredidos haría trizas tan bello país. Roma se alió con el partido liberal, pero no votó por él.



1937. Jorge Eliécer Gaitán con gabardina blanca, con Darío Echandía a su derecha
Periódico Unión Liberal marzo de 1937, Bogotá



                                                                                   Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017


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