Edición Número 164, Girardot, Junio 12 de 2021:-NILO (CUNDINAMARCA) EN 1906
NILO (CUNDINAMARCA) EN 1906
POR ELISIO
MEDINA*
El Municipio de Nilo es uno de los que más sufrieron la influencia
de la guerra*, porque otros elementos de decadencia lo habían tocado ya. Su caserío se halla
sumamente reducido, y el personal que puede desempeñar los puestos públicos se ha refugiado en sus casas de campo. La iglesia, edificio
amplio y sólido, atestigua la prosperidad que el Municipio alcanzó en otros días, pero hoy está
desierta. La Casa Cural es de los edificios mejor conservados, pero carece de cercas.
La Casa Municipal está en ruina; no obstante, allí están la
Alcaldía, el Juzgado y la Cárcel. Hay un local para Escuelas, que se halla en regular estado.
Los vecinos desean edificar una casa de mejores condiciones
en la acera de la plaza en que está situada la iglesia; pero como las Rentas municipales apenas alcanzan a la cantidad
de $599 en oro al año, aquella
aspiración no podrá realizarse si el Concejo no acuerda enajenar algunas de las fincas rurales que el
Distrito tiene.
La Junta que se reunió el día de la visita no fue muy numerosa,
pero tuve la satisfacción de observar que el espíritu público no ha muerto en Nilo, puesto que todos los
vecinos presentes se ocuparon con calor y entusiasmo en deliberar con el Gobernador acerca de las
medidas que conviene adoptar en favor del Distrito. Sabían los miembros de la Junta que algunos
otros vecinos consideraban conveniente dividir el territorio de Nilo entre las poblaciones limítrofes, y
expusieron con el más vivo interés las causas que han producido la decadencia del Municipio, para que se
las haga desaparecer y se demuestre que aquella conveniencia no existe.
La principal de estas causas es sin duda la falta de Cura
Párroco, puesto que son varias las familias que al verse a larga distancia de los centros en donde pueden rendir
culto a Dios, han cambiado de domicilio. Otras, muy numerosas, se
han ido a vivir cerca de las haciendas de los cafeteros, alojadas en ranchos
miserables construidos a la vera del camino, porque allí tienen asegurado el trabajo: "huyen del
pueblo," como sucede en Cunday. "Interceda usted, señor
Gobernador, para que nuestro Prelado nos envíe un Sacerdote. Tenemos fe en que por ese medio la
población revivirá." En efecto, según informes verídicos,
cuando alguno de los Reverendos Padres que hay en Agua de Dios suele ir a Nilo, las gentes se
congregan, vuelven a pensar en la conveniencia de reedificar sus casas y darle incremento al poblado
por otros medios.
Otra de las causas que han influido en el
malestar de aquella población es el establecimiento de un mercado semanal que
se ha formado en la hacienda de Balunda,
a lo largo del camino, pues allí se reúnen los habitantes de los campos vecinos
y aun los del
pueblo mismo. El Consejo Municipal puede impedir aquel
mercado señalando como único lugar de
expendio la plaza del Municipio, en virtud de facultad legal que para ello
tiene; pero se ha creído que
si tal medida adoptara, -los fomentadores del mercado
en Balunda se irían de preferencia a Cumaca, el caserío rival de Tibacuy.
La Junta discutió diversas medidas para conseguir el restablecimiento
del mercado en el pueblo y siempre llegó a la conclusión de que sólo habiendo Cura Párroco
las gentes de los campos se congregarían el domingo, con el objeto principal de oír Misa y con el
secundario de comprar y vender los artículos de consumo. Mientras ese poderoso elemento de asociación
no exista allí, será más eficaz la acción de los dueños de cafetales, a quienes el viaje de los
trabajadores al pueblo vecino les hace temer que en la semana siguiente se queden sin peones.
Entre los dueños de cafetales hay quien crea que el domingo no
deben ir al pueblo ni aun los Comisarios, pues les hacen falta para impedir los desórdenes que con
motivo del ocio y la embriaguez de aquel día ocurren en la hacienda. Está bien que los patrones
sigan sus inclinaciones en materias religiosas, pero no lo está que
permitan el expendio de aguardiente en las dependencias o estancias el día domingo, pues
ello contribuye a relajar las costumbres, y habitúa a los peones y aun a las familias de éstos a
olvidar sus deberes religiosos y los que tienen para con las autoridades
en la cabecera del Municipio. Los superiores en el orden jerárquico de las clases
sociales tienen el deber de procurar la civilización de sus inferiores. Al peón no debe acostumbrársele a que se
considere a sí mismo como cosa útil, sino como persona.
En el Municipio no hay más que una Escuela, que está
situada en la cabecera del poblado. Decreté el establecimiento de
otra, a fin de que haya una para varones y
otra para niñas. Se crearon también en la misma
Junta dos escuelas rurales; una en El Dinde y
otra en San Bartolo.
La Escuela que existe está bien regentada: asisten 20 niños y 18 niñas.
El
Municipio no tiene Matadero público: ordené proceder a la
construcción de un edificio que llene tal objeto. Si dentro de tres meses la obra no estuviere bien
adelantada, debe suprimirse el impuesto.
Los caminos se hayan en regular estado, pues se han
invertido en su composición cerca de 500 jornales. De los $ 16.000 que en papel moneda debe producir
la contribución de las cuatro primeras clases, se han recaudado $ 3.000, los
cuales se hallan en caja. Indiqué la conveniencia de proceder a comprar
herramientas, a fin de que la Junta pueda hacerles una
nueva reparación a los caminos sin gravar a los jornaleros con la obligación de traer sus
herramientas.
Hay una aduanilla en territorio del Municipio. Se procurará
que la Junta de Obras Públicas ordene invertir el producto de esta aduanilla en la vía por donde la mayor cantidad de
café baje hacia Girardot.
Las fincas de propiedad del Municipio son: Piendamó, La Isla y El Cural. La Isla es un cafetal, arrendado en
$ 1.500 en papel moneda por mes. Los otros dos terrenos son
lotes pequeños.
Los
Tesoreros municipales han rendido sus cuentas.
Nilo produce anualmente 7.000 cargas de café, 5.000 de maíz, 800 de miel, 200 de panela, 40 de cacao, 20.000 de yuca, 10.000 de
plátanos, 1.000 de almidón y 200 de
arroz. Sembraban antes bastante tabaco, industria que abandonaron en virtud de la mala
inteligencia dada al impuesto sobre este artículo, según
informaron.
Hay 800 reses de cría, unas 1.400 de ceba,
300 mulas, 100
caballos, 50 yeguas, 40 asnos y 700 cerdos.
La
Junta solicitó se creara el Juzgado de Circuito en Girardot,
plaza con la cual tienen sus relaciones comerciales, y adonde podrían ir con más facilidad a hacer valer
sus derechos.
Excité a los vecinos a que se reúnan con frecuencia, a fin de
tratar de los asuntos que interesan a la existencia del
Municipio, y comuniquen a la Gobernación lo que juzguen conveniente, en la seguridad de que serán
apoyados.
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* [N. A.]: La guerra a la que alude el
autor del informe, Gobernador del departamento de Cundinamarca en ese momento,
es “la guerra de los mil días” (1899/1902), última guerra declarada
oficialmente en Colombia. Por ello afirmo que el siglo XX en Colombia comenzó
en 1903. El fin de la guerra ocurrió en el último trimestre del año 1902.
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COMPILADOR Y ADMINISTRADOR: CARLOS ARTURO
RODRÍGUEZ BEJARANO
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Este Libro Fue
Digitalizado Por La Biblioteca Luis Ángel Arango Del Banco De La República,
Colombia.
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