Edición Número 158, Girardot, Abril 16 de 2021:-INICIO DEL SIGLO XX Y XXI EN PAZ
INICIO DEL SIGLO XX Y XXI EN PAZ
Reclutas Guerra de los Mil Días (1899-1902)
Color digital: Leo Ortiz
Por CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO*
Para el recordatorio funerario
de Colombia, el 17 de octubre de 1899, se inició la ya conocida por nombre
emblemático “guerra de los mil días”, hasta el 31 de noviembre de
1902 al firmarse en Panamá “en el acorazado Wisconsin, buque
insignia de la flota que los Estados Unidos tenía fondeado en Panamá, el
tratado con que oficialmente se extinguió el conflicto”[1].
Desgraciada o desafortunadamente, que escoja alguien la menos lamentable, se
prorrogó la continuidad del régimen conservador-iglesia católica, que nutrió el
ambiente totalitario para la concreción de los magnicidios de dos hombres que
con seguridad habrían cambiado la tendencia moral deplorable de la
todavía no centenaria República, hacia la paz, el progreso y el desarrollo:
Rafael Uribe Uribe y Jorge Eliécer Gaitán. Ambos inextricablemente unidos a la
ciudad roja de Colombia, nuestra amada ciudad de Girardot. Ambos titanes
contaron siempre con el apoyo ideológico, moral, material, político y electoral
de las masas liberales girardoteñas, su reconocimiento, respeto y cortesía.
Porque Girardot era liberal hasta los tuétanos, de pensamiento, palabra,
corazón y de hecho. Ahora es diferente.
No existe duda que esa guerra
retrasó el desarrollo del suroccidente de Cundinamarca y buena parte del
llamado Tolima grande y en donde se ensañó de manera particular el régimen
conservador con los liberales derrotados; por supuesto Girardot, vivió la merma
por las acciones bélicas, que a pocos años de terminada, superó con creces la
Sultana de Magdalena, que es en ultimas lo que debemos hacer en el posconflicto
que se avecina. Todos a una.
Iniciamos el siglo XX con el
año nuevo de 1903. En 1902 no contábamos con
imprenta en la ciudad, por lo tanto medios documentales escritos e incluso
fotográficos no se conocen de esa época. El periódico, la prensa, hijos de la
imprenta, censurados eso sí, aparecen apenas en 1906. EL ESFUERZO,
fue el primer esfuerzo y nació con el genotipo de aportar al progreso y el
crecimiento de la ciudad y la región. Y Girardot, no tenía casi nada dado el
grado de destrucción que heredamos del conflicto, pero lo era casi todo. El
transporte fluvial por el río Magdalena, el ferrocarril, el telégrafo, el
teléfono, el colgante Puente Real o Carrizosa, lleno de nostalgia y ásperas
críticas por el sitio donde fue erigido; el puente sobre el río Bogotá, la cercanía con Bogotá, y una clase dirigente
y ciudadanos proclives a la modernidad, “la laboriosidad, la cultura y
el espíritu hospitalario de sus habitantes”[2],
como pocas en su momento en las inmediaciones de ese territorio entonces
semivacío de gente, pero rico en producción agropecuaria y mano de obra
dispuesta a emigrar para generar el polo de desarrollo regional en que se
convirtió Girardot a los pocos años. Éramos modernos y no lo sabíamos; con
prontitud lo aprendimos, lo entendimos. Nada representativo teníamos en
arquitectura (el puente y una casita-templo que luego tomó el nombre de San
Miguel y la forma de aguja gótica girardotense). Y un principio de Hospital
de caridad. Se moría en casa, la mejor manera de morir.
Entonces comenzamos a mirar
las bondades de la paz, la riqueza que produce la paz y en esencia, los frutos
de la paz. Decía EL ESFUERZO, en 1906, cuatro años después de la
cesación oficial de la conflagración, en medio de tensiones fuertes por volver
a la guerra: “¿….., conocida la causa que la ha creado, vacilaremos todavía
en adoptar el remedio que la sana razón y la prudencia aconsejan para prevenir
la catástrofe? ¿Qué, no hay corazón, no hay sentimiento, no hay virtud entre
los colombianos para deponer en aras de la Patria odios y rencillas y levantar
en cambio el estandarte de la confraternidad noble y sincera?”…..“El
Gobierno de un país donde los sentimientos de honradez y dignidad prevalecen en
la mayoría de sus habitantes, será también digno y honrado; y cuando no lo sea,
tambaleará en el vacío y se derrumbará al empuje de sus vicios y malos
manejos.”…..“Es por esto por lo que creemos que el esfuerzo de los
colombianos debe dirigirse a detener y conjurar los síntomas de degeneración
moral que amenazan la existencia de la comunidad.”
Declaraba EL ESFUERZO en
un artículo titulado como este, que la luz eléctrica era un hecho, ídem
la instalación en el puerto de un tren completo de máquinas modernas destinadas
para las industrias de trillar café y arroz, extraer fibras, etc. Funcionaban
tres colegios privados, adicional a las escuelas públicas, un Banco
y una imprenta pequeña, que prestan importantes servicios. Tráfico de
importación y exportación. Las calles de la ciudad las habían construido anchas
y rectas y están sombreadas por primorosos árboles. A inmediaciones del puente
de hierro, en la ribera izquierda del río, principia el Ferrocarril del Tolima,
que llega hoy hasta la población del Espinal. Es también cabecera de Circuito
de Notaría y Registro y asiento de una Junta de Beneficencia que hace supremos
esfuerzos para construir un Hospital (El Hospital funciona ya en una hermosa
sección del edificio, terminada recientemente). Se sabe que el Gobierno
nacional tiene en mira contribuir eficazmente a las obras de sanidad y
embellecimiento del lugar, y que tiene acordado también erigirlo en cabecera de
Circuito judicial desde el 1° de enero próximo. Junto con 5.800 habitantes.
¡Ah! y los buques aumentaron.
Lo anterior se enseñaba en la
cátedra de Historia Local del Instituto Girardot, que hoy no se
enseña. Es vital la enseñanza de la Historia Local, regional, nacional e
internacional para entender cualquier proceso de paz. Trabajo es lo que nos
espera y tendremos; manos a la obra. Los girardoteños de entonces, que no
habían tenido tiempo de nacer aquí, reproducirse, escribir, votar y crear,
mejoraron como nunca lo que existía, construyeron lo que hacía falta, soñaban y
terminaron haciendo todo lo demás. Y hubo más cosas que no caben aquí para
señalar el veloz e inatajable vuelo de la paz.
En este siglo XXI el posconflicto es sencillamente la oportunidad de
construir un país moderno, una ciudad moderna como debe serlo Girardot.
Concentremos todas las energías resumidas en una propuesta que simbolice la
creatividad infinita de un pueblo, que no olvida, para crear un futuro para
todos, sin exclusiones. Resulta pertinente, recordar las proféticas palabras de
Aníbal Villa Navarro el fundador de EL ESFUERZO en economía y
política: “Sabido es que todo bien, todo triunfo del progreso es fruto de un
esfuerzo perseverante, de una voluntad firme, de una labor sostenida que
consume energías como una lámpara consume aceite para producir luz. Por tanto,
el sacrificio que esa labor nos imponga estamos seguros de que no será estéril,
porque proveyendo a las necesidades del consumo interior, nos libraremos del
pesado tributo que hoy pagamos al comercio de fuera y se pondrá al país en
condiciones de llevar sus productos más allá de las fronteras.”
Girardot debe
hacer presencia para que la nueva modernidad sea un éxito a nivel local;
preguntarnos hasta dónde y qué estamos dispuestos a ofrecer para que los
ríos de sangre, sudor y lágrimas cesen, para hermanarnos y normalizar el rumbo
desviado por espíritus inertes amantes del oro falso. Aparentemente nada
o poco nos falta como ciudad, sin embargo la luz en el corazón es razón
suficiente para exclamar que todavía podemos lograr que el león y el cordero
habiten en el mismo Valle.
[1] JARAMILLO,
Carlos Eduardo. Los guerrilleros del novecientos. Cerec, Bogotá, 1991.
p.305.
[2] EL
ESFUERZO Serie 1ª, Girardot, 1º de septiembre de 1906, Número 1. Editorial.
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ADMINISTRADOR Y COMPILADOR: CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO
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