lunes, 5 de agosto de 2019

Edición Número 94, Girardot, Agosto 5 de 2019:-200 AÑOS DE LA INDEPENDENCIA DE COLOMBIA: 1819 -7 DE AGOSTO- 2019




                                                            Edición Número 94 Girardot, Agosto 5  de 2019



TUNJA*
AGOSTO 5 DE 1819


POR HÉCTOR MUÑOZ



TUNJA. DIARIO DE LA INDEPENDENCIA/ HÉCTOR MUÑOZ

En cumplimiento de la parte más brillante y hábil de la Campaña Libertadora, el Ejército patriota entró hoy victorioso a Tunja y desconcertó totalmente al enemigo. Los realistas que estaban en esta ciudad esperando la llegada de Barreiro, sufrieron honda desilusión y gran sorpresa. Muchos tuvieron que huir apresuradamente y otros se resignaron a quedar prisioneros.

Gracias a la estratégica y rápida marcha planeada por el general Bolívar, han quedado cortadas las líneas de comunicaciones de “los chapetones” y su base secundaria de operaciones está en poder de los republicanos. Inesperadamente, el enemigo quedó a retaguardia y Bolívar se interpuso entre las fuerzas de Barreiro y Santafé.

Los realistas se movilizaron para acercarse a Tunja por el camino real de Paipa, y proyectan seguir hacia la capital del Reino.

Después de salir de Bonza en la noche del cuatro, las tropas republicanas llegaron a las cinco de esta mañana a la Villana, venta del camino que conduce de Tunja a Firavitoba y que forma parte de Toca. Allí se detuvieron brevemente a desayunar. Bolívar hizo seguir adelante, para que cayera sobre la ciudad, al escuadrón de carabineros de Mellao, con una compañía de infantería de las recién organizadas en Bonza, que está a órdenes del oficial tunjano, José Ramón Calderón, quien sólo tiene dieciocho años de edad, pero que ya combatió intrépidamente en Gámeza y el Pantano de Vargas.

El Libertador les repitió a uno y otro la advertencia de que estuvieran muy cautos y prevenidos al entrar a la ciudad, para no caer en una celada que con facilidad podía jugarles el enemigo.

Los hombres de Mellao y Calderón iban vestidos con los uniformes realistas que habían recogido en Vargas después de la batalla del 25.

A las nueve de la mañana bajaron los patriotas por el camino de Soracá, rumbo a Tunja. Los pocos soldados realistas que habían quedado de guarnición, viendo tan bien vestidos a los que llegaban, pensaron que eran tropas de Barreiro, salieron a su encuentro muy entusiastas a vitorearlos y darles la bienvenida; la respuesta fue violenta acometida de los jinetes, que alcanzaron a alancear a trece; los demás de la guarnición se asilaron en casas particulares y luego se fueron entregando poco a poco. Algunos salieron en dirección a Paipa.

Se salvó Juan Loño, Gobernador de Tunja y comandante del batallón 3° de Numancia, quien en la madrugada había salido con casi todas las tropas a reunirse con Barreiro. Los dos jefes españoles se encontraron en Río de Piedras.

EN CASA DE LA TORRE
La compañía de adelante se acuarteló en la llamada Casa de La Torre, pusieron centinelas en muchas partes para evitar los robos y demás desórdenes, y después que almorzaron, los carabineros tomaron el camino de Paipa, a indagar noticias de Barreiro. Un poco adelante de Quebrada de Mecha, los patriotas encontraron un pelotón de caballería, al que atacaron al punto y lograron alancear unos cinco; los demás volvieron grupas y fueron a buscar el apoyo de toda la división realista, que estaba descansando en Llano de Paja.

Los hombres de Mellao llegaron hasta divisar la columna, y de ahí se regresaron para Tunja, pero a poco encontraron un ayudante que les comunicó la orden de ponerse en contacto con los realistas a fin de inquietarlos en la marcha o en el campamento. Así lo cumplieron y les tomaron dos prisioneros y algunos caballos.

REGOCIJO
Entretanto, en Tunja se vivía un ambiente de regocijo. El Libertador legó a Chivatá a eso de las nueve de la mañana y pudo hacer su entrada a la ciudad a las once, acompañado del estado mayor y la caballería de Rondón; los batallones y demás caballería fueron acercándose, de modo que a las dos de la tarde estaba reunido todo el ejército.

Tunja acogió a los republicanos con férvidas manifestaciones de patriotismo. Las más linajudas familias se disputaron el honor de hospedar a los jefes y oficiales, y la tropa recibió abundantes y afectuosos obsequios, especialmente vestidos.

El general Bolívar se halla hospedado en la casa de los señores Niño, con algunos de los del estado mayor; los otros jefes están alojados en la residencia de los señores Vásquez.

600 FUSILES
La ocupación de Tunja ha sido ventajosa en todo sentido: quedó Bolívar interpuesto entre el Virrey Sámano y Barreiro; se apoderó de unos 600 fusiles, de los almacenes de vestuarios, paños y víveres que tenían los realistas; cogió los botiquines y maestranzas y todo lo demás que pertenecía a la tercera división.

Se dijo que el ejército patriota se demorará en Tunja diez o quince días en espera de una columna de caballería que está a órdenes del coronel Juan Nepomuceno Moreno.

SIMPATICO PERSONAJE
Hay en Tunja, un hombre llamado Julián Garzón, a quien le tienen los apodos de “El Crespo” y “Motoso”; es de un carácter tal que cuando llega un forastero a la ciudad, es el primero en visitarlo y ofrecerle sus servicios, introduciéndose en su amistad y confianza, de modo que pronto sabe el objeto de su llegada, las relaciones que tiene con las principales familias de esta ciudad, y en fin, cuanto quiere saber.

Para obtener los datos que desea, “El Crespo” pone en juego todos los recursos de su intriga que le sugiere su genio festivo e insinuante. Es, por decirlo así, una crónica viva de lo que pasa entre los habitantes tunjanos. Siempre está al corriente de los hechos políticos y domésticos; sus modales finos y su simpatía les granjean la amistad de todos los que lo tratan.

Garzón fue de los primeros en visitar hoy a Bolívar, y le manifestó que podía ocuparlo con toda confianza en cuanto creyera conveniente, pues él tiene gran intimidad con el gobernador Loño. Oído esto, el Libertador llevó a Julián a una pieza interior y le dijo:
“Podría serme muy útil si es capaz de mucho secreto, porque lo que necesito saber es muy interesante y reservado”. “El Crespo” hizo juramento de guardar la mayor reserva en lo que le confiara Bolívar y de cumplir la comisión lo mejor posible. Bolívar le manifestó que le interesaba que fuera al ejército realista y se informara de los movimientos que intentaran hacer sobre los patriotas, y de los recursos que tuvieran tanto en vituallas como en municiones  y de todo lo más que le fuera posible, y le trajera un informe detallado y verídico.

“Crespo” le dijo al Libertador que para introducirse en el ejército realista, a pesar de ser amigo de Loño, y conseguir su objetivo necesitaba llevarles algún obsequio, pero que carecía de los recursos para proporcionárselo. Bolívar le preguntó cuánto necesitaba, y Julián respondió que por lo menos una onza. El Libertador llamó a su edecán y le mandó pedir al habilitado diez y seis pesos; el general le dio el dinero y le advirtió que si pensaba burlarlo, ponía en peligro la vida, porque a él no se le engañaba impunemente, y que sería bien recompensado si desempeñaba cumplidamente la comisión.

Julián consiguió una petaca y buscó el peón que debía llevar lo que necesitaba; compró dos botellas de vino y doce de aguardiente, pan, dulces y tabacos, con lo que llenó la petaca y mandó al peón con la maleta para Sotaquirá advirtiéndole que lo esperaba en Quebrada de Mecha, y que el viajaría inmediatamente después que tuviera una reunión a la que lo había invitado Bolívar.

El Crespo debe salir para encontrase con Barreiro en la madrugada de mañana.

REUNION REALISTA
A última hora se tuvo conocimiento de que Barreiro y Loño reunieron en Llano de Paja una junta de guerra, en la cual se resolvió interponerse a todo trance entre Bolívar y Santafé, pues de lo contrario el ejército patriota puede tomarse la capital donde Sámano está acompañado apenas con cuatrocientos hombres.

Los realistas se han puesto en marcha y deben estar atravesando el páramo de Cómbita, para salir al camino de Sora.



DIARIO DE LA INDEPENDENCIA/ HÉCTOR MUÑOZ



FUSILAMIENTOS EN CHARALÁ
Los realistas de Lucas González, al tercer día de encarnizada lucha, triunfaron en Charalá. El jefe español, furioso y despechado por haber sido detenido en esta población y no poder llegar oportunamente a auxiliar a Barreiro que lo esperaba con urgencia, ha hecho fusilar a trescientos patriotas, entre éstos don Tadeo Rojas y don Cayetano Téllez.

Charalá ha sido sometida a tres días de saqueo y degüello, perecieron gran cantidad de mujeres y niños que han sido cobardemente acuchillados por los hombres de González.
La voracidad e inmisericordia de los triunfadores de Charalá, han sido tales, que ni el mismo templo fue respetado como asilo, pues allí han sido ultimadas numerosas personas, entre ellas la bella y virtuosa señorita Helena Santos, sobrina y compañera de prisión de Antonia Santos.

La señorita Helena, de quince años, se refugió en la sacristía con el ánimo de precipitarse por la ventana. Aquí fue sorprendida por un soldado realista que le hizo fuego y la mató.

La ciudad ha quedado devastada, con las casas humeantes, los cadáveres en las calles y el llanto amargado de las mujeres. Cuentan que el espectáculo es dantesco. 
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*DIARIO DE LA INDEPENDENCIA / CAMPAÑA BOYACÁ / HÉCTOR MUÑOZ / LIBRO EDITADO POR LA LOTERÍA DE BOYACÁ / COORDINACIÓN: P. V. G. PUBLICIDAD / IMPRESIÓN: OP GRÁFICAS LTDA. / BOGOTÁ, SEPT. / 79
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N. DEL A.: EL 7 DE AGOSTO DE 2019, COLOMBIA COMPLETARÁ 200 AÑOS DE EMANCIPACIÓN. LA CAMPAÑA BOYACÁ, DENTRO DEL TEXTO DIARIO DE LA INDEPENDENCIA, QUE EN SU MOMENTO TUVO UNA EXTRAORDINARIA ACOGIDA, HA HECHO MERECEDOR A SU AUTOR DE ETERNA Y AGRADECIDA PRESENCIA EN ESCUELAS, COLEGIOS Y UNIVERSIDADES



Edición Número 94, Girardot, Agosto 5 de 2019

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