Edición Número 32, Girardot, Septiembre 17 de 2018. WALT WHITMAN Y SU JUSTIFICACIÓN DE LA GUERRA CON MÉXICO
Edición Número 32, Girardot, Septiembre 17 de 2018
WALT WHITMAN Y SU JUSTIFICACIÓN DE LA GUERRA CON
MÉXICO
POR WALT WHITMAN
[WALT WHITMAN (1819-1892), POETA Y PERIODISTA, FUE
ARDIENTE EXPANSIONISTA COMO MUCHOS INTELECTUALES NORTEAMERICANOS DE SU TIEMPO.
ENTRE LOS AÑOS DE 1846-1848 FUE EDITOR DE THE
BROOKLYN EAGLE, DE DONDE HEMOS TOMADO LOS EDITORIALES DEL 11 DE MAYO Y 6 DE
JUNIO DE 1846]*
Sí: ¡México
debe ser cabalmente castigado! Hemos llegado a un punto en nuestro trato con
ese país en que cada precepto de derecho y política nos impone que hagamos
expeditas y eficaces demostraciones de fuerza. Las noticias de ayer
proporcionaron el último argumento que se requería para probar la necesidad de
una Declaración de Guerra inmediata de nuestro gobierno a su vecino del sur.
Estamos
justificados ante el mundo, pues hemos tratado a México con mayor lenidad que
la que hasta ahora nos había merecido un enemigo; pues México, aunque
despreciable en muchos aspectos, es un enemigo que merece una vigorosa
“lección”. Hemos instado, hemos disculpado, hemos sido sordos a la insolente
gasconada de su gobierno, hemos sufrido hasta ahora el ofensivo rechazo de un
embajador que personificaba a la Nación Americana, y hemos esperado durante
años el pago de las reclamaciones de nuestros mercaderes agraviados. Hemos
buscado la paz por todos los caminos, y cerrados los ojos ante muchas cosas que
si hubieran provenido de Inglaterra o Francia el presidente no hubiera osado
dejarlas pasar sin severo y célere enfado. Hemos rebasado nuestra memoria de lo
que sucedió en el sur hace años; las diabólicas masacres de algunos de nuestros
hijos más valientes y nobles, los hijos
no solamente del sur, sino también del norte y del oeste¸ masacres que no
solamente contravenían los preceptos más ordinarios de humanidad, sino que
también violaban todas las reglas de la guerra. ¿Quién ha leído la asquerosa
historia de esos asesinatos brutales al por mayor, tan vacíos de propósito que
no fuera satisfacer el apetito cobarde de una nación de machos, dispuestos a
fusilar centenas de hombres a sangre fría, sin anhelar que llegue el día que se
oiga la plegaria de esa sangre y que la venganza de un Dios punitivo sea
infligida a aquellos que sin piedad y sin necesidad asesinaron Su imagen?
Ha llegado el
día. Creemos que no puede caber ninguna duda respecto de la veracidad de las noticias de ayer; y estamos
seguros que el pueblo, en una proporción de diez por uno, quiere hostilidades
rápidas y eficaces. Comentarios
periodísticos mansos, como los que aparecen en la principal prensa democrática
de hoy, en Nueva York, y las despreciables críticas antipatrióticas de su
órgano contemporáneo de orientación Whig, no
expresan los sentimientos y los deseos del pueblo.
¡Avancen nuestras armas con un espíritu que enseñará al mundo que si bien no
buscamos pendencias, los Estados Unidos sabemos aplastar y desplegarnos!
ANEXIÓN
6 DE JUNIO DE 1846
Cuanto más
reflexionamos acerca de la anexión de una parte de México, o inclusive de la
mayor parte de esa república, más se disipan las dudas y los obstáculos y más
plausible parece ese objetivo a primera vista difícil. El alcance de nuestro
gobierno (como los más sublimes principios de la naturaleza) es tal que
fácilmente puede adaptarse y extenderse, hasta casi cualquier grado y a
intereses y circunstancias de lo más diverso.
Se afirma, y
con gran verosimilitud, que en varios de los Estados de México -en particular
el grande, fértil y hermoso de Yucatán- existe mucha disposición a cobijarse
bajo las alas de nuestra águila. Los yucatecos son los mejores y más laboriosos
ciudadanos de México. Durante años han tenido malas relaciones con el poder
central, y en repetidas ocasiones han
llegado a romper abiertamente con el ejecutivo y el gobierno federal. El
nuevo Congreso, que según las últimas versiones acaba de ser convenido en
Mérida, la capital, actúa en este momento de manera completamente independiente
de México; aprueba aranceles, etc. Los rumores también afirman que se ha
enviado una misión a los Estados Unidos, o se la enviará, con el probable
objeto de negociar una anexión o algo semejante.
Y además está
California; en ruta a esa bella comarca se encuentra Santa Fe; ¿Cuánto tiempo
habrá de transcurrir antes de que ellas brillen como dos nuevas estrellas en
nuestro enorme firmamento?
Este tipo de
especulaciones pueden parecer vanas a alguna gente. Pero estamos seguros de que
no lo son para los muchos que escrutan el futuro. Y no es la tan condenada sed
de poder y territorio la que hace que el corazón popular responda a la idea de
estas nuevas adquisiciones. Una voracidad tal bien podría ser el motivo
esgrimido para ensanchar una forma menos liberal de gobierno; pero no somos
presa de esa voracidad. Anhelamos que nuestro país y su ley se extiendan lejos
solamente en la medida en que ello quitará los grilletes que impiden que los
hombres gocen de la justa oportunidad para ser felices y buenos; tal como están
constituidos casi todos los gobiernos la tendencia va predominantemente en
sentido contrario. No abrigamos ambición por la simple grandeza física de esta
república. Esa grandeza es vana y engañosa. O por lo menos no es deseable más
que como una ayuda para alcanzar un bien más verdadero, el bien de la masa
entera del pueblo.
[Traducción de Héctor Manjarrez]
[Traducción de Héctor Manjarrez]
http://personajeshistoricos.com/c-escritores/walt-whitman/
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*FUENTE: Mexicanos y Norteamericanos ante la guerra
del 47/ Josefina Vásquez de Knauth/ Primera edición en la colección
SEP/SETENTAS: 1972/ Secretaría de Educación Pública/ México/ “LA IMPRESORA
AZTECA, S. DE R. L. /15-III-1972
Edición Número 32, Girardot, Septiembre 17 de 2018
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