martes, 6 de febrero de 2018

MÁS DE UN PROBLEMA

Edición Número 13, Girardot, Febrero 06 de 2018 – MÁS DE UN PROBLEMA

                                                            Edición Número 13, Girardot, Febrero 06 de 2018


MÁS DE UN PROBLEMA



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1903. Separación de Panamá de la República de Colombia

            ………. Colombia es un país esencialmente católico, y aún más: esencialmente fanático. En el no hay, en puridad de verdad, más problema que el religioso. Todos los demás que se confronten, este impide o retarda el que se resuelvan, aunque con ello se cause a la nación un positivo desastre, o bien su solución, si llegaren a tenerla, será siempre el resultado de la acción directa o indirecta de ese fatídico problema que, para desgracia nuestra, mantiene y agita-por propia conveniencia-una buena parte de sus hijos.* pero es, señera, que en esto ocurre una singularidad notable y es la de que aquellos que todo quieren resolverlo místicamente llevando así a las sociedades una intranquilidad que las hace absolutamente intolerantes y rebeldes a los mandatos de la razón son los mismos que aquí se llaman ardorosos defensores del derecho, de la ley, de la Constitución y la Justicia que en el nombre de Dios y de la Patria juran respetar y obedecer pero que rara vez cumplen.

            De esta suerte, y predominando entre nosotros ese fanatismo pernicioso que engendra la ignorancia de lo que es la religión que aquí decimos profesar, cuyas enseñanzas apenas conocen muy pocos,-gracias al mal ejemplo de los que dicen ser sus Ministros-vienen a resultar esa intolerancia que alimentan y sostienen con derroche de egoísmo e hipocresía aquellos a quienes no les anima otro móvil que el dinero, ni más ideal que el aniquilamiento de los caracteres, hasta darse el placer de conseguir la triste sumisión de las conciencias. Y es así, señora, como en este país,  primero que en cualquiera otro, constituye una terrible fatalidad tener que doblegarnos ante el poder inmenso de la razón que nos manda aceptar la amarga verdad de que la influencia de la mujer regula casi todos los actos del hombre. Digo amarga verdad porque profesando la mujer colombiana creencias religiosas que no posee ni practica por convicción, sino porque  se la domina con mentiras a que ella no puede replicar, desde luego que de religión no conoce-con raras excepciones-ni lo que significa esta palabra, y mucho menos cuáles son las enseñanzas de la que dice tener, viene a resultar que la influencia de ese sentimiento religioso hijo del engaño criminal puesto que se efectúa a nombre de un Dios y de una religión, habrá de ir a ejercer su dañada influencia en esos mismos actos del hombre, y entonces será preciso convenir en que, si la mujer necesita conservar un sentimiento religioso, este debe ser el que refleje y sea exponente de la más pura moral, cualquiera que fuese la religión, pero no el que a tontas y a ciegas profesa hoy sin que pueda explicar el porqué de los actos religiosos que cual una autómata, practica.

            No es aventurado decir a usted que, con todo y ser tantas las mujeres que aquí no quisieran salir de la Iglesia-muchas de ellas creyendo que por tal causa se les juzgará muy buenas-en la generalidad no saben siquiera rezar, y mucho menos orar, y que no pocas de las que en los templos vemos devorando con fingido fervor el contenido de un libro, no solamente ignoran cómo es la (….sino) que escasamente distinguirían el color de la pasta. Y un sentimiento religioso que como este nace y vive del engaño, es evidente que ni a la mujer ni a persona alguna ha de convenir jamás, y mucho menos aceptar el hombre el que la mujer así educada fuese a dominarlo o a ejercer sobre el la maléfica influencia de un sentimiento que no por llamarse religioso, dejaría de ser-en tales condiciones- de peores consecuencias que aquellos reprobados por la sana moral al solo manifestarse. De ahí que con extraordinario respeto me permita significarle mis deseos por obtener una respuesta a los puntos que adelante expondré, ya que mis ideas sobre el particular, tan distanciadas se hallan de las expuestas anoche por usted…..”

            Esto dije en la carta a que la distinguida conferencista y notable escritora señora EVA CANEL aludió en sus conferencia sobre Caridad Moderna, mas no que el suscrito creyera no tenía Colombia otro problema que el religioso, como pudo juzgarse debido a la forma lacónica en que las circunstancias impusiéronle hacer la referida alusión.

            Me prometo publicar más tarde la respuesta escrita de la señora Canel, no propiamente por la generosidad y deferencia con que me favoreció al manifestarme en público como en privado su deseo por atender mi exigencia dando otra conferencia para responder ampliamente a mis preguntas, sino porque a más de las buenas enseñanzas que su carta contiene, su nombre renueva en mí, como debe renovar en todo colombiano, un noble sentimiento de admiración y gratitud hacia la insigne escritora que en 1903, supo, en su ilimitada generosidad, no solo acompañarnos en la pena atroz a que tan fatal desgracia nos condenó la avaricia yanqui en aquel año, sino que llevó la manifestación de su simpatía por la infeliz Colombia, hasta excitar a todas las naciones a protestar contra la humillación de que se nos hacía víctimas, y que con extraordinario acierto había predicho desde 1900.

                                                                       F. DE A. MOGOLLÓN
                                                                                             
*N. del C.: El subrayado es del compilador




http://www.pregunton.org/upfiles/pedregal-provincias.jpg


(Tomado de EL CHISPAZO. Serie 1ª. Girardot, Mayo 7 de 1914, Número 1)


EL CHISPAZO, facsímil




Edición Número 13, Girardot, Febrero 06 de 2018

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