Edición Número 4, Girardot, mayo 23 de 2017
NUMERACION DE CASAS Y CALLES
Siendo Girardot una ciudad llamada a
ser una de las más importantes del país, dada su privilegiada posición
topográfica; siendo actualmente el segundo puerto del río Magdalena, es natural
que de día en día se presenten muchos y muchísimos problemas que atañen a su
embellecimiento y a su desarrollo. No se oculta que algunos de estos proyectos
impliquen gastos cuantiosos y que las rentas municipales sean insuficientes
para subvenir a todas las necesidades y de ahí que algunos de estos haya que
confiárselos al tiempo.
Inútil
sería por nuestra parte dado caso que hemos tenido ocasión de conocer algo de
estos proyectos, que tratáramos de urgir al Honorable concejo, o a las Juntas
Municipales que son sus auxiliares, sobre la ejecución de tales o cuales
trabajos; cómo son los de alcantarillado o de matadero público y cualquiera
insinuación que sobre el particular pudiéramos permitirnos, en las actuales
circunstancias, podría pasar y con razón, por exigencia necia.
No
sucede lo mismo respecto de ciertas mejoras fáciles de ejecutar pronto y que
son muy necesarias: una de estas es la numeración de las casas y calles.*
Que
esta numeración sea indispensable a nadie se le oculta. En una población
visitada con frecuencia por extranjeros; en un centro cuyo centro es el
comercio, con mucha frecuencia ocurre tener que dar una dirección precisa de
una casa, de una oficina o de un almacén y resulta que es materialmente
imposible hacerlo; aquello de tener que decir <<frente a tal almacén>>
<<de la esquina del hotel tal, camina usted dos cuadras para arriba,
vuelve a la derecha, pasando por una zapatería, más acá de la casa de doña
fulana, o donde hay un gato echado a la puerta>> es detestable; sin
contar en que hay sitios donde no hay almacenes ni cuadras que ofrezcan nada de
particular, como sucede en <<Pueblo Nuevo>> o en
<<Bárbula>>; todo esto, pide a gritos la numeración, pues no hay un
sistema más correcto que el de número y calle.
Que
esta medida sea fácil de ejecutar es evidente, puesto que ésta es una de las
cosas que marchan por sí solas ya que los gastos no son de cargo del municipio
solamente, sino también de los particulares.
Nosotros
conocemos el espíritu público que anima al Concejo Municipal y por tanto,
estamos seguros de que nuestra voz será escuchada, pudiendo este trabajo
llevarse a cabo por la Junta de Embellecimiento o por alguna Junta Municipal
creada al efecto.
*N. del C.: Subrayado del
compilador.
(Tomado de EL PROGRESO Girardot, Mayo 31 de
1914, Número 12. Editorial.)
*
**
MÁS DE UN PROBLEMA
……….
Colombia es un país esencialmente católico, y aún más: esencialmente fanático. En el no hay, en puridad de
verdad, más problema que el religioso. Todos los demás que se confronten, este
impide o retarda el que se resuelvan, aunque con ello se cause a la nación un
positivo desastre, o bien su solución, si llegaren a tenerla, será siempre el
resultado de la acción directa o indirecta de ese fatídico problema que, para
desgracia nuestra, mantiene y agita-por propia conveniencia-una buena parte de
sus hijos.* pero es, señera, que en esto ocurre una singularidad notable y
es la de que aquellos que todo quieren resolverlo místicamente llevando
así a las sociedades una intranquilidad que las hace absolutamente intolerantes
y rebeldes a los mandatos de la razón son los mismos que aquí se llaman
ardorosos defensores del derecho, de la ley, de la Constitución y la Justicia
que en el nombre de Dios y de la Patria juran respetar y obedecer pero que rara
vez cumplen.
De
esta suerte, y predominando entre nosotros ese fanatismo pernicioso que
engendra la ignorancia de lo que es la religión que aquí decimos profesar,
cuyas enseñanzas apenas conocen muy pocos,-gracias al mal ejemplo de los que
dicen ser sus Ministros-vienen a resultar esa intolerancia que alimentan y
sostienen con derroche de egoísmo e hipocresía aquellos a quienes no les anima
otro móvil que el dinero, ni más ideal que el aniquilamiento de los caracteres,
hasta darse el placer de conseguir la triste sumisión de las conciencias. Y es
así, señora, como en este país, primero
que en cualquiera otro, constituye una terrible fatalidad tener que doblegarnos
ante el poder inmenso de la razón que nos manda aceptar la amarga verdad de que
la influencia de la mujer regula casi todos los actos del hombre. Digo amarga
verdad porque profesando la mujer colombiana creencias religiosas que no posee
ni practica por convicción, sino porque
se la domina con mentiras a que ella no puede replicar, desde luego que
de religión no conoce-con raras excepciones-ni lo que significa esta palabra, y
mucho menos cuáles son las enseñanzas de la que dice tener, viene a resultar
que la influencia de ese sentimiento religioso hijo del engaño criminal puesto
que se efectúa a nombre de un Dios y de una religión, habrá de ir a ejercer su
dañada influencia en esos mismos actos del hombre, y entonces será preciso
convenir en que, si la mujer necesita conservar un sentimiento religioso, este
debe ser el que refleje y sea exponente de la más pura moral, cualquiera que
fuese la religión, pero no el que a tontas y a ciegas profesa hoy sin que pueda
explicar el porqué de los actos religiosos que cual una autómata, practica.
No
es aventurado decir a usted que, con todo y ser tantas las mujeres que aquí no
quisieran salir de la Iglesia-muchas de ellas creyendo que por tal causa se les
juzgará muy buenas-en la generalidad no saben siquiera rezar, y mucho menos
orar, y que no pocas de las que en los templos vemos devorando con fingido
fervor el contenido de un libro, no solamente ignoran cómo es la (….sino) que
escasamente distinguirían el color de la pasta. Y un sentimiento religioso que
como este nace y vive del engaño, es evidente que ni a la mujer ni a persona
alguna ha de convenir jamás, y mucho menos aceptar el hombre el que la mujer
así educada fuese a dominarlo o a ejercer sobre el la maléfica influencia de un
sentimiento que no por llamarse religioso, dejaría de ser-en tales condiciones-
de peores consecuencias que aquellos reprobados por la sana moral al solo
manifestarse. De ahí que con extraordinario respeto me permita significarle mis
deseos por obtener una respuesta a los puntos que adelante expondré, ya que mis
ideas sobre el particular, tan distanciadas se hallan de las expuestas anoche
por usted…..”
Esto
dije en la carta a que la distinguida conferencista y notable escritora señora
EVA CANEL aludió en sus conferencia sobre Caridad Moderna, mas no que el
suscrito creyera no tenía Colombia otro problema que el religioso, como pudo
juzgarse debido a la forma lacónica en que las circunstancias impusiéronle
hacer la referida alusión.
Me
prometo publicar más tarde la respuesta escrita de la señora Canel, no
propiamente por la generosidad y deferencia con que me favoreció al
manifestarme en público como en privado su deseo por atender mi exigencia dando
otra conferencia para responder ampliamente a mis preguntas, sino porque a más
de las buenas enseñanzas que su carta contiene, su nombre renueva en mí,
como debe renovar en todo colombiano, un noble sentimiento de admiración y
gratitud hacia la insigne escritora que en 1903, supo, en su ilimitada
generosidad, no solo acompañarnos en la pena atroz a que tan fatal desgracia
nos condenó la avaricia yanqui en aquel año, sino que llevó la manifestación de
su simpatía por la infeliz Colombia, hasta excitar a todas las naciones a
protestar contra la humillación de que se nos hacía víctimas, y que con
extraordinario acierto había predicho desde 1900.
F. DE A. MOGOLLÓN
*N.
del C.: El subrayado es del compilador
(Tomado de
EL CHISPAZO. Serie 1ª. Girardot, Mayo 7 de 1914, Número 1)
*
**
EN DÍAS PASADOS
Fue tanto el entusiasmo que se levantó para
llevar a cabo la obra del cementerio laico* que lo aturdían a uno los comisionados de
colocar las boletas de una o de unas rifas que se habían iniciado para adquirir
fondos para esta obra de vital importancia en esta ciudad llamada del
progreso.
Pero
todo ha quedado en calma, nadie ha vuelto a decir un monosílabo; no se sabe si
se verificaron las rifas, si hay fondos suficientes para comprar el terreno:
pues los restos del mesio Gómez
reposan en terrenos del señor Francisco de A. Salive y día llegará en que
tenemos que sacarlos de allí y no hay donde colocarlos, pues sabido es de todos
sus amigos que no hubo cupo para él en el cementerio católico. Con que no
desmayemos, sigamos adelante, no descansemos al principiar la pendiente, ¡Manos
a la obra! Las columnas de este humilde semanario están a la disposición para
cualquier propaganda que se haga sobre el particular.
*N.
del C.: El subrayado es del compilador.
(Tomado de
EL CHISPAZO. Serie 1ª. Girardot, Mayo 7 de 1914, Número 1)
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