martes, 19 de febrero de 2019

Edición Número 59, Girardot, Febrero 19 de 2019:-EL MAESTRO EUFRACIO C. PARAMO: ANIVERSARIO



                                                            Edición Número 59 Girardot, febrero 19  de 2019

EUFRACIO C. PÁRAMO INSIGNE EDUCADOR DE GIRARDOT
 ORTEGA (TOLIMA) 1859 – 1955 GIRARDOT (CUNDINAMARCA)


ENTERRANDO AL MAESTRO *

POR LUIS CARLOS ECHANDÍA



EUFRACIO C. PARAMO


Dicen las gentes que no hay nada más impresionante y doloroso que la muerte de un joven. Y en verdad esa creencia es exacta y tremenda. Pero igualmente dolorosa, sensible e irreparable es la muerte de un anciano cargado de merecimientos y honores. Nada hay tan inexorable y tan preciso como la muerte. Ella cae oportuna e inflexible sobre la vida de todos. Sobre la del rico y la del pobre, sobre la del blanco y la del negro, sobre la del santo y la del pecador. A pesar de esta matemática exactitud de la muerte nadie quiere acostumbrarse a ella. Y a lo mejor esta caprichosa voluntad humana apenas viene a una ligera compensación a la presencia aborrecible y despiadada de la muerte. Cuando más cerca se está a la felicidad más olvidada, más olvidado, más lejano está en nosotros el recuerdo de la muerte. Y la felicidad para gozarla en su plenitud requiere la posesión de los sentidos, el vigor impetuoso del cuerpo, la lozana frescura de la vida. Por eso la desaparición del joven conturba y hace momentáneamente más gigantesca y monstruosa la olvidada presencia de la muerte.

Hoy estamos aquí dejando en el ceño de la tierra los despojos mortales de un anciano venerable. Por su cuerpo pequeñito y nervudo como un bejuco de chaparro de esos mismos que crecen silvestres por los alrededores de su tierra humedecidos por las aguas del Tetuán, habían pasado los vientos y las borrascas de casi cien años de existencia. Pero en nadie han sido esos cien años más provechosos, más meritorios, más gratos y fecundos.

Por sus manos, hoy en reposo eterno, y otrora sabios artífices de vidas que iniciaban su vuelo o su caída pasaron con amoroso cuidado cuatro generaciones de hombres que pueblan esta ciudad generosa y todo el Tolima que él modeló con especial cariño paternal. Porque en aquellos tiempos no solo era Girardot el pueblo convergente de muchas rutas comerciales sino también la ciudad pródiga de sabias enseñanzas. Eufracio C. Páramo atraía con sus pulcros dotes de sabio educador toda esa muchachada que a principios y en las primeras décadas de siglo estaba ansiosa de conocimientos y quería beber en las fuentes nutricias del Instituto Girardot las enseñanzas bondadosas de su ilustre y venerado rector. Todo Girardot y todo el Tolima son hijos espirituales de  Eufracio C. Páramo. No hay un girardoteño ni un tolimense que no tenga hoy de luto el corazón y a media asta la bandera de su recuerdo.

Justo es que un país llore a un estadista, a aquél que desde las alturas del gobierno laboró honesta y generosamente por el bien y el futuro de sus compatriotas. Justo es también que llore, al héroe que impulsado por su amor insobornable a la Patria rinde con natural gesto su vida y sus ilusiones en provecho de la soberanía del honor y de la dignidad de la república. Igualmente justo es que llore al sabio, al que dotado de condiciones excelsas extrae con magnífico celo de doctos libros nuevas luces y otros caminos  más amplios y rectos para llegar a la verdad. Justo es también que llore al santo a quien dándole la espalda al mundo se concreta con maravilloso esmero a buscar también caminos luminosos para llegar contrito y puro al lado de Dios.

Pero yo creo que por encima de todos estos justos motivos está el de llorar amargamente al maestro y al conductor. Del estadista podemos sentir resentimientos y envidias, del héroe podemos derivar ofensas y rigores, del sabio podemos sentir indiferencias y egoísmos, del sabio ignorancia absoluta por su vida discreta y alejada. Pero del maestro sólo podemos acreditar gratitud y cariño en abundancia. Es que en él están resumidas las virtudes de los padres, el amable y dulce recuerdo de la niñez, los pasajes inolvidables de nuestras primeras aventuras vitales.

Por eso hoy estamos aquí con el corazón estrujado enterrando a nuestro maestro y sepultando también en lo más hondo de la tierra nuestros felices recuerdos juveniles. Con él se va lo más grato y maravilloso de nuestras vidas. Él fue nuestro padre, nuestro amigo, nuestro hermano y nuestro insigne maestro. Desde los expresidentes de la República hasta los humildes empleados de comercio, están llorando su partida final. Porque Eufracio C. Páramo fue un genial modelador de almas y de inteligencias. Las rutas que el nos mostró sirvieron para ganarle a la vida LA BATALLA Y TAMBIÉN PARA ESCALAR CON ORGULLOSO DERECHO EL PALACIO DE LOS PRESIDENTES DE COLOMBIA. (1) Sobre su pecho, que ahora es una caja de armonías, la Cruz de Boyacá brilló con mejor luz porque manos gratas de un discípulo ilustre la colocaron con amorosa unción. Para él que disfruta el sueño eterno nada más exactas y apropiadas que estas palabras de San Pablo: Quifecent et doucuerit hia magnum vocabitur in regnum celorum. “El que practique y enseñe será llamado grande en el Reino de los Cielos”.

(1) LAS MAYÚSCULAS SON DEL ADMINISTRADOR
___________________
* DISCURSO PRONUNCIADO EL DÍA DEL ENTIERRO DEL MAESTRO EUFRACIO C. PÁRAMO.

EL DIARIO / AÑO IV / N°. 1098 / GIRARDOT / VIERNES 28 DE ENERO DE 1955

*******



FALLECE INSIGNE EDUCADOR**



1955. EL DIARIO


 A la edad de noventa y seis años murió anoche en esta ciudad el benemérito educador Don Eufracio C. Páramo. Exhaló su último suspiro a las doce y quince, rodeado de sus hijos y numerosos parientes y amigos.

El señor Páramo estaba reducido al lecho desde hace varios meses a consecuencia de las numerosas dolencias propias de su avanzada edad, agravadas por un accidente que sufrió al ser arrollado por una camioneta de la Morrison y posteriormente por un fuerte golpe recibido al sufrir una caída en una de las calles centrales y finalmente fue víctima de otro accidente dentro de su residencia.

El curso de la enfermedad del señor Páramo tuvo numerosas alternativas. Tan pronto se presentaban crisis que presagiaban un rápido fallecimiento, como surgían reposiciones que hacían alentar esperanzas. Hace unos quince días fue a su lecho de enfermo una comisión del Club de Leones a llevarle un pergamino que contenía la Resolución aprobada por esa Institución de erigirle un busto. En el momento de darle esta noticia, el señor Páramo estaba inconsciente y no pudo enterarse de nada. Sin embargo al día siguiente recuperó su lucidez y se informó del homenaje que se le preparaba.

A lo largo de su enfermedad el ilustre institutor fue atendido por el eminente facultativo Doctor Vicente Buendía quien dedicó cuidados especiales al ilustre enfermo y agotó todos los recursos de la ciencia para salvar su meritoria vida.

En la mañana de hoy (jueves 27 de enero) circuló rápidamente por la ciudad la triste noticia de su muerte. Durante el día la casa mortuoria ha sido visitada por centenares de personas de todas las clases sociales. Los talleres de tipografía han sido invadidos de solicitudes de carteles de invitación al entierro, y todas las flores obtenibles en Girardot han sido solicitadas para la inmensa ofrenda floral que se le tributará.

A las doce del día de hoy el cadáver del señor Páramo fue colocado en cámara ardiente en el salón de sesiones del Consejo de Girardot, por donde ha pasado una inmensa romería deseosas de tributar al benemérito maestro de juventudes.



1955. EL DIARIO


A las cinco de la tarde el cadáver será conducido en hombros de eminentes personas de la sociedad desde el edificio de la Alcaldía hasta la iglesia de San Miguel, donde se oficiarán solemnes funerales, terminados los cuales se emprenderá marcha hacia el cementerio católico, con un cortejo fúnebre que seguramente cope todos los vehículos de la ciudad además de una enorme multitud que marchará a pie.

En el acto de la inhumación llevará la palabra don Luis Carlos Echandía, a nombre de los discípulos tolimenses del ilustre desaparecido, especialmente en representación de los hijos de Chaparral.

El señor Páramo nació hace noventa y seis años en Ortega, Tolima. Después de hacer estudios primarios en diversas escuelas, ingresó a la Escuela Normal de Institutores. Después de servir en el magisterio de su departamento por más de veinte años, se trasladó a Girardot, asumiendo en 1906 la Rectoría del Instituto Girardot, centro comercial de gran prestigio donde educó a varias generaciones.

El Gobierno Nacional lo condecoró con la Cruz de Boyacá y le asignó una pensión vitalicia.

En esta hora en que la ciudad se enluta por el fallecimiento de Don Eufracio C. Páramo, presentamos nuestras más sentidas manifestaciones de condolencia a sus hijas doña Esther, doña Aura María, doña Silvia, doña Raquel y doña Rosario, todas las cuales han ejercido la profesión del Magisterio y a sus nietos don Gustavo, don Nicolás, don Raimundo, don Jaime y doña Margoth Quintero y doña Judith y doña Edelmira Páramo.

*******
DECRETO DE HONORES
La Alcaldía de la Zona Administrativa dictó el siguiente Decreto:
Decreto N° 09 de 1955
(Enero 27)
Por el cual se honra la memoria de un eminente ciudadano.
El Alcalde de la Zona Administrativa de Girardot, en uso de sus atribuciones legales y
CONSIDERANDO:
1.- Que en el día de hoy falleció en la ciudad el señor don Eufracio C. Páramo, eminente ciudadano quien consagró su vida al servicio de la educación de las juventudes de Girardot;
2.- Que a lo largo de su meritoria existencia el señor Eufracio C. Páramo se hizo acreedor a la gratitud ciudadana por haberse consagrado con sentido de apostolado a la formación intelectual y moral de varias generaciones lo que le valió el reconocimiento y la consagración de sus méritos por parte del gobierno nacional con el otorgamiento de la “Cruz de Boyacá”;
3.- Que la desaparición del señor Eufracio C. Páramo constituye motivo de hondo duelo para Girardot y priva a la ciudadanía de uno de sus más insignes servidores;
4.- Que es deber de las autoridades exaltar la memoria de los buenos ciudadanos y honrar y enaltecer ante la sociedad la de quienes, a través de su existencia se hagan acreedores a la admiración y respeto general por sus sobresalientes cualidades.
DECRETA:
Artículo 1°. El Municipio de Girardot deplora el fallecimiento del señor Eufracio C. Páramo y rinde tributo de admiración a su memoria.
Artículo 2°. Los restos mortales del señor Eufracio C. Páramo serán colocados en Cámara Ardiente en el salón de sesiones del Consejo Administrativo Municipal.
Artículo 3°. Los gastos de entierro serán por cuenta del Tesoro Municipal.
Artículo 4°.- Copia del presente Decreto será transcrito en nota de estilo a los familiares del Ilustre Extinto.
Comuníquese y publíquese
Dado en Girardot, a los veintisiete días del mes de enero de mil novecientos cincuenta y cinco.
Antonio Sandoval López Alcalde de la Zona Administrativa.- Lázaro Duque Caicedo, Secretario.
*******
______________
** EL DIARIO /AÑO IV / N°. 1097 / GIRARDOT/JUEVES 27 DE ENERO DE 1955





Edición Número 59, Girardot, Febrero 19 de 2019


**




*

No hay comentarios:

Publicar un comentario