jueves, 24 de mayo de 2018

Edición Número 24, Girardot, Mayo 24 de 2018 – TOCAIMA: SAN DIONISIO DE LOS CABALLEROS DE TOCAIMA


                                                            Edición Número 24, Girardot, Mayo 24 de 2018

TOCAIMA
20 de marzo de 1544
SAN DIONISIO DE LOS CABALLEROS DE TOCAIMA


POR ALEJANDRO CARRANZA B.*



FECHA DE LA FUNDACIÓN




TOCAIMA A FINES DEL SIGLO XIX
FUENTE: SAN DIONISIO DE LOS CABALLEROS DE TOCAIMA



Sobre la fecha de la fundación es preciso primero consultar y analizar lo que dicen cronistas e historiadores, antes de llegar a la que señala un antiguo documento inédito, cuya copia se hallará adelante.

Fray Pedro de Aguado no cita ni mes, ni día; en cuanto al año, dice que fue en 1546, fecha errada, porque la fundación de Tocaima se hizo por orden de Alonso Luis de Lugo, y en el año mencionado por este cronista ya gobernaba el Nuevo Reino Miguel Díez de Armendariz.

Fray Pedro Simón apunta: “A los últimos del mes de abril, el mismo año de mil quinientos cuarenta y cuatro (1544), en nombre del Rey Carlos Quinto, haciendo todas las diligencias y ceremonias que suelen en tales poblaciones.”

Fray Alonso de Zamora en su “Historia de la Provincia del Nuevo Reino de Granada”, libro 2°, capítulo 19, edición venezolana de 1930, dice que fue fundada en abril de 1544, sin mencionar día.

Juan Rodríguez Freyle anota: “El capitán Hernando Venegas, que después fue Mariscal de este Nuevo Reino, pobló la ciudad de Tocaima en el sitio y vega del río donde residía el cacique de Tocaima, a seis del mes de abril de 1544 años…”

Juan Flórez de Ocariz en las “Genealogías”, árbol 7°, afirma: “La ciudad de Tocaima la fundó Hernán Venegas Carrillo Manosalvas por abril del año de 1544 con el nombre de la provincia de los indios junto al río Patí, que desagua en el de la Magdalena.”

El ilustrísimo señor Fernández de Piedrahita dice igualmente que fue en abril de 1544.

Por las citas anteriores se ve que todos los cronistas y hasta el mismo Piedrahita, que en muchas ocasiones trae datos no mencionados antes, señalan el mes de abril sin nombrar fecha, a excepción de Rodríguez Freile, quien dice fue el seis. Los historiadores posteriores, como Joaquín Acosta, Groot y otros, siguen lo que aquéllos dijeron, sin acogerse al dato preciso del autor de “El Carnero”, quien debió guiarse por alguna tradición oral. Prohijaron seguramente aquéllos el dato dado por Simón, el más antiguo, ya que Aguado guardó silencio al respecto y Castellanos no se ocupó de esto. ¿Pero en realidad Tocaima fue fundada en abril?

Contra esta formidable muralla española antigua, que es la opinión cerrada unánime de los historiógrafos, presento un antiguo documento inédito que está en desacuerdo con ellos. En las pacientes pesquisas que realicé personalmente en los archivos nacionales acopiando datos para esta obra, hallé en el tomo II de “Tierras de Cundinamarca” interesantísimos documentos relacionados con un pleito habido en 1635 entre Domingo Martín Tome y el capitán Diego Bravo. Entre las diversas pruebas aportadas por cada uno de los litigantes en apoyo de sus tesis, se halla la copia de un antiguo documento que, en lo pertinente a este asunto, dice así, textualmente: “…parece por un auto que en algunas partes faltan letras y razones por estar roto el original, como se apunta al margen que por 20 de marzo de 1544 (el subrayado es mío) Hernán Venegas, Capitán y Justicia Mayor de los panches y sus provincias, señaló por términos de la ciudad de Tocaima el río arriba treinta leguas ques hasta el pueblo que llaman de las fortalezas corriendo por aquella cordillera de la sierra la vuelta de esta dha dad (sic) señaló y dio por términos a Chumbi viniendo  por la dha cordillera señaló el valle de la tristeza con todo el valle de Neiba según y como descubrió Ximenez y adelante dice con todos los indios y caziques que caen a las espaldas de fusagasugá las vertientes a los panches y asimismo señaló por términos a la dicha ciudad todos los panches hasta las provincias de muzo atravesando por la raya de los muzos y los panches hasta llegar al rio grande y de la otra vanda del dho rio ivan corriendo los dichos términos a la cordillera de sierras nevadas. Esto parece que confirmó Lope de Montalvo Lugo teniente de gobernador y capp general desta Rno por 4 de agosto de 1544 contando que no entrare Pandi y Saque ni sus provincias y mas que en los términos que confinan de la dha ciudad de Tocaima a tener y tenga por términos desde la junta de los dos ríos que son el uno que baja de cipacón y el otro el negro que llaman los españoles. El río arriba hasta un morro que está sobre el rio en derecho del valle de los Penales y desde el dho morro por la derezera hasta el valle que descubrió el dho Hernán Venegas y todo lo que está en las vertientes para esta ciudad de Santafé y todo lo que ubiere quedado por términos de la ciudad de Santafé según va declarado y que los indios que ubiere y tuviesen sus casas en el término de la otra puedan gozar y gozen de sus labranzas y sementeras sin que les ponga ympedimento alguno por estar en términos de la otra los cuales dhos términos según y de la manera dha es dijo nombraba y señalaba por términos de la dha ciudad de Tocaima dio poder cumplido a la dha ciudad y vecinos della para que lo puedan tener y poseer y tengan y posean y tomen y aprehendan la posesión de todo ello y mandaron que cualesquiera justicias y otras personas asi de la dha ciudad de Tocaima como de la ciudad de Santafé que no se entremetan a entrar ni entren los unos en los términos de los otros pena de quinientos pesos de buen oro para de (sic) su Mag al que lo contrario hiziere y otro si mando que ninguna persona se entremeta ni entre en los términos señalados y nombrados a la dha ciudad de Tocaima, ni pueble ni ocupe los dichos términos ni parte dellos sin licencia y mandato del dho general so pena de muerte de perdimento de sus bienes para la Cámara y fisco de su Mag en lo cual lo contrario haciendo les había y hubo por condenados sin otra sentencia ni declaración alguna. Consta a los folios 51-52-54-55.”

Según este documento cuya copia fue tomada de los libros capitulares, “por 20 de marzo de 1544” ya estaba fundada Tocaima, o la fundación fue en tal fecha, pues es difícil creer que Venegas le hubiera señalado términos a una ciudad que no existía. Generalmente el mismo día en que tal acto tenía lugar se nombraban las autoridades, se demarcaba la plaza, el sitio destinado a la iglesia, a casas del cabildo, se hacían repartimientos y se verificaban otros actos consecuenciales de tal hecho. Este documento aducido como prueba en un pleito noventa años después de erigida la ciudad panche, cuando aún debían existir hijos y nietos de fundadores que podían infirmarlo, caso que el libro capitular correspondiente se hubiese perdido, cuando todavía deberían existir, aunque fuera en poder de particulares, documentos con los cuales se podía negar el hecho allí afirmado, y si la contraparte interesada en anular ese testimonio no lo hizo, demuestra la evidencia de él.





1941. SAN DIONISIO DE LOS CABALLEROS DE TOCAIMA



Pero se podría argumentar: ¿Por qué, entonces, la afirmación acorde de los cronistas de que la fundación se verificó a fines de abril? Esto, que a primera vista parece tener una gran fuerza, después de analizarlo la pierde como argumento. Aguado, cronológicamente el primero de los cronistas que vengo citando, y a veces el más serio, nada dice, quizá porque lo ignorara o porque no le dio importancia al hecho. La afirmación parte de fray Pedro Simón, como ya dije, pero el buen fraile en algunas ocasiones se cuidó poco de buscar la exacta verdad y a veces quizá se dejaba llevar de su exuberante fantasía, llenando de su cosecha ciertas lagunas. Escribiendo el en el primer cuarto del siglo siguiente y tratando en su obra tan diferentes asuntos, unos históricos, otros no, careciendo con frecuencia de los documentos necesarios, como es de suponerlo, tendría que apelar en ciertos casos a la tradición y cuando ella le faltó, o fue oscura, incierta, deficiente, suplió lagunas con lo que su sentido, bueno o malo, le indicara. En el caso presente partía él de un punto fijo, conocido, que era la salida de Venegas de Santafé, a principios del año; calcularía el tiempo gastado en reconocimientos, escaramuzas, escarceos militares y dedujo que Tocaima tuvo que haber sido fundada a fines de abril, y como el asunto le pareciera de poca monta, y él “no se paraba en pelillos”, en algunas cosas, lo estamparía así, como cierto. Luego vinieron Ocariz, Zamora, Piedrahita, quienes tuvieron naturalmente que tomar datos de quienes ya se habían ocupado de aquellos hechos, y no teniendo para ellos tampoco mayor importancia el caso, se siguieron por lo que había afirmado Simón, lo cual es fácil de deducir, ya que todos dicen ambiguamente “abril”, “a fines de abril”. Queda Rodríguez Freile, quien cita el día seis, pero, como lo dije ya, pudo el haberse atenido al relato de alguna persona que, basada en borrosos recuerdos familiares, creyó haber oído alguna vez señalar esa fecha como la de la fundación de Tocaima. Sabido es que las obras de los cronistas, o permanecieron mucho tiempo inéditas o tuvieron una circulación muy escasa en épocas en que muy poco se leía, porque la mayoría de los habitantes no sabía hacerlo y en tales circunstancias no podía haber rectificaciones históricas.

Esta hipótesis que presento, esta especie de exégesis serena que me sugiere el documento copiado atrás, creo que tenga alguna base sólida en la lógica de las reflexiones en las cuales la sustento, pero me agradaría extraordinariamente que con razones fundadas, con hechos o documentos ciertos, se me hiciera la debida rectificación en beneficio de la historia, que debe ser clara, precisa, cierta (y esta vez es aceptable el pleonasmo) y en servicio de mi ciudad.
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*Abogado, escritor, historiador, periodista. Director del periódico girardotense FIGARO, en el momento de su fundación, agosto 29 de 1933.
LAS NOTAS HAN SIDO TRANSCRITAS DEL LIBRO DE ALEJANDRO CARRANZA B., SAN DIONISIO DE LOS CABALLEROS DE TOCAIMA, EDICIONES ABC, BOGOTÁ, 1941.




Edición Número 24, Girardot, Mayo 24 de 2018



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sábado, 5 de mayo de 2018


Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018 – VÍCTOR EDUARDO PRADO DELGADO

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VÍCTOR EDUARDO PRADO DELGADO
1942 (ALVARADO) 2018 (IBAGUÉ)

POR CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO




Víctor Eduardo Prado Delgado
1942-2018



Este 27 de febrero de 2018 falleció VÍCTOR EDUARDO PRADO DELGADO, escritor, periodista, historiador, miembro de la Academia de Historia del Tolima. Un hombre importante para el departamento y para quienes han investigado el fenómeno de la Violencia en el Tolima y en Colombia, en donde sus hechos y secuelas descritas, contadas, informadas  con un tratamiento especial, han contribuido a generar hipótesis acerca del surgimiento de un periodo nefasto y la oportunidad de la paz en nuestro país. Y a enterarnos un poco cuál fue el horror acaecido.

Esa fue su faceta con mayor reconocimiento, pero también tuvo otras aparte de ser corresponsal de guerra de El Cronista de Ibagué y El Espectador, como  corresponsal de La Voz del Tolima en Bogotá, y otras emisoras de Ibagué y Alvarado. Asesor de Prensa y Protocolo del Senado de la República, Jefe de Prensa de la Cámara de Representantes, Asesor del Consejero  Presidencial, Emilio Urrea Delgado en el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, Diputado de la Asamblea del Tolima, Jefe de Anales  de esta y concejal de Alvarado. Y entre actividades fue corresponsal para televisión del noticiero NOTICOLOR por cinco años, del Noticiero de la Noche por dos años y como buen liberal fundó el Semanario Tolima Liberal.

Sus hijos, las columnas escritas al fragor del periodo  doloroso de las víctimas inocentes de la Violencia, que con el pasar de los años se convirtieron en libros. Cierta magia permite acomodar en unos pocos centímetros cuadrados de papel, miles de palabras para procrear un libro, muchos libros. Y no hay duda que VIPRADEL fue nombre sonoro para miles de tolimenses que vivieron la Violencia en carne propia, como para otros que en la zozobra descubrieron cómo y cuándo salieron corriendo de su tierra para no morir bajo las balas de bandoleros y asesinos, chusmeros en argot popular.




Academia de Historia del Tolima honra la memoria de 
Víctor Eduardo Prado Delgado









Academia de Historia del Tolima honra la memoria de 
Víctor Eduardo Prado Delgado


Pero fue en los nueve últimos años de su vida que VIPRADEL comenzó a darle vida a sus escritos sobre bandoleros, repúblicas independientes, barbaries y organizaciones guerrilleras. Tiene adicionalmente en su haber libros publicados como: Sangrenegra VIDA Y CRÍMENES (2016),  El General Matallana, Guerrero y pacificador del Tolima (2015), Violencia en el Tolima. Ríos de sangre, Muerte y Desolación (2014),  La Barbarie en el Tolima después del 9 de abril de 1948 Tomo II (2013), La Barbarie en el Tolima después del 9 de abril (2012),  Sur del Tolima ´Terror´ Repúblicas Independientes (2011),  Bandoleros “Imágenes y Crónicas” (2010),  Bandoleros “Historias no contadas” (2009).

Pero es su último libro, Sangrenegra, el que llamó mucho la atención de los lectores y académicos. Como se sabe, Sangrenegra, bandolero liberal (se nacía conservador o se nacía liberal en esos tiempos) es un personaje sobre el cual medio país tiene la referencia de haber sido genocida, pero, y ocurre con muchos personajes, no todo está dicho y Víctor Eduardo desde sus notas periodísticas, nos lo muestra.











Prado Delgado cubrió con su pluma de cronista, la geografía manchada de sangre por Jacinto Cruz Usma, conocido como Sangrenegra por su inmisericordia con sus víctimas. En la finca El Jardín, corregimiento de El Bosque (Municipio de Murillo), el primero de julio de 1932, Telmo Cruz y María de Jesús Usma tuvieron a Jacinto. El 1° de mayo de 1964 fue enterrado en un punto denominado El Topacio, Totarito (Municipio de Santa Isabel), cerca de la Ermita donde hizo una de sus peores masacres (20 de septiembre de 1963).  En el municipio de El Cairo, departamento del Valle del Cauca, tras un enfrentamiento con fuerzas armadas, cayó muerto Sangrenegra. Cincuenta y dos años después del entierro de ese hombre cruel, en las estribaciones del nevado del Tolima, registra en 412 páginas apretadas, la misma geografía desde el recuerdo de quienes sobrevivieron al genocidio de uno de los hijos de la llamada Violencia en    Colombia.

Tras viajar a pie, en bestia y en campero, logró entrevistar a muchos para que contaran parte del horror, tras la denominada pacificación del periodo frentenacionalista, sumándole los gobiernos que la democracia imperfecta colombiana ha construido. Ellos  vivieron en carne propia en veredas y corregimientos de Anzoátegui, Murillo, El Líbano, Alvarado, Venadillo, Ambalema, Piedras, Armero-Guayabal, Santa Isabel, Fresno, San Juan de Rioseco, Chaguaní, El Cairo (Valle)..., el infierno. En cierto sentido revivieron desde una relativa tranquilidad detalles olvidados y la sensación de ver las cosas con un poco de sabiduría, pero sin lograr olvidar.








1964 (Mayo 1°). El ataúd contiene los restos mortales de
Jacinto Cruz Usma Sangrenegra el día de su entierro







Vipradel esta saga, que quizás no advirtió sería la última de su periplo vital, la acompañó con transcripciones de diversos artículos que escribió y publicó en su dilata actividad, al lado de fotografías que reflejan el dolor de la violencia criminal y el sinsentido del asesinato, que aún no se marcha de nuestra cotidianidad. Pluma descarnada, con material fotográfico abundante y abrumador.

Como documento y herida de vida este libro convalida la idea de nunca olvidar nuestro pasado, a pesar de que la historia se repite. Dos hechos me llaman la atención de Víctor Eduardo Prado, ambos según su afirmación, nunca ningún medio escrito lo publicó: la masacre de una humilde familia cuando se dirigían a la fiesta religiosa de la Virgen de la Coloya  (municipio de Lérida) en 1952 y la masacre  que padeció Sangrenegra cuando sus víctimas de Anzoátegui, mataron 27 de sus bandoleros en una emboscada. Un ciclo que se repite: la retaliación, la venganza, elementos de los cuales nuestra sociedad en este preciso momento quiere dejar atrás. Por ahora, el registro de lo que pasó, contar la historia, su contribución a no olvidar, ni a desesperarse. Así pues “olvidar lo malo es, a veces, tener buena memoria”.  La aparición de sus libros constituye una excelente contribución al acervo historiográfico del Tolima y del país.

La Academia de Historia del Tolima deploró su fallecimiento: “…su reconocida vocación en el campo del periodismo le permitió plasmar en  sus libros, los relatos y vivencias históricas de una época de la violencia en que el Tolima y la nación atravesaron graves dificultades económicas y sociales, acompañadas de sucesos que desestabilizaron la paz colombiana. Estos fueron escritos con imparcialidad y ética periodística, virtudes que caracterizaron de forma perenne al académico VICTOR EDUARDO PRADO DELGADO.”

De parte nuestra, presentamos condolencias y solidaridad para su esposa María Nohory Arguello de Prado, sus hijos Nohory Victoria, Víctor Eduardo y Carmen Lucía y sus familias.

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NOTA:
En busca de libros de historia conocí a Víctor Eduardo en la sede de la Academia de Historia del Tolima en sus  últimos años de vida; luego, entre uno y otro inevitable y delicioso tinto, me contó algunas cosas de sus libros, en particular el de Sangrenegra. Meses después hubo otra charla acompañados por un amigo. Fue la última. Una nota sobre aquel libro apareció en EL DEMOCRATA de Girardot, como le habíamos prometido. Después continué enviando por uasap ediciones de mi blog sobre historia de Girardot, hasta cuando por vía telefónica me contó sus dificultades en materia de salud. Acordamos visitarlo para expresarle personalmente mejores días en su recuperación física, a finales de enero o principios de febrero, entregarle ediciones del periódico aquel, y algunos libros. El viaje se dilató y no fue posible. CARB



Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018



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Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018 – "SANGRENEGRA" EN GUATAQUÍ (CUNDINAMARCA)

                                                            Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018



‘Sangrenegra’ EN GUATAQUÍ (CUNDINAMARCA)
Martes 7 de mayo de 1963

Por VÍCTOR EDUARDO PRADO DELGADO



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“…Jacinto Cruz Usma, alias ´Sangrenegra´ y 20 de sus hombres vistiendo prendas militares llegaron el sábado a las 4 de la tarde a la hacienda La Floresta [de Venadillo] donde sorprendieron a sus moradores y también a varios ganaderos que ocasionalmente allí se encontraban haciendo negocios con el propietario de la mismas, Marcos Flórez.

Los antisociales procedieron a encerrar en una de las enrramadas a más de quince personas, luego de atarlas con lazo. Al propietario del inmueble lo esposaron para luego obligarlo a manejar un camión de su propiedad en el cual se montó toda la cuadrilla. Le ordenaron conducirlos hasta las bocas del río Totare, es decir hasta la desembocadura de esa vertiente al río Magdalena. Allí encontraron una lancha a motor igualmente de propiedad de Marcos Flórez, la que fue prendida y con ella atravesaron el río, ya en el lado de Cundinamarca, el jefe bandolero procedió a insultar al dueño de la hacienda La Floresta, a quien le perdonó la vida, pues ya había dado muerte a su hermano Milciades Flórez hace dos meses durante el asalto a varios vehículos en el sitio de Los Guayabos, municipio de Alvarado y durante el cual también perdieron la vida otras 16 personas. Cuando ´Sangrenegra´y sus hombres se internaron en el municipio de Guataquí,  Marcos Flórez regresó al Tolima y al amanecer del domingo al municipio de Venadillo.”


Fuente: VICTOR EDUARDO PRADO DELGADO “Sangrenegra VIDA Y CRÍMENES” Ibagué, León Gráficas Ltda. Primera Edición 2016




Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018



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Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018 – "SANGRENEGRA" EN EL MUNICIPIO DE COELLO (TOLIMA)

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EN EL MUNICIPIO DE COELLO
(Sábado 9 de febrero de 1963)

Por VICTOR EDUARDO PRADO DELGADO



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“…se efectuó a plena luz del día en la hacienda El Pital, del corregimiento de La Vega de los Padres, en el municipio de Coello y en los límites con el departamento de Cundinamarca.

Una banda de malhechores sorprendió a los agricultores José Antonio Durán, Euclides Durán, Ignacio Rojas y Hermilso Rojas, hermanos y primos entre si respectivamente, cuando se disponían a iniciar sus labores de campo y les causó la muerte con disparos de fusil y carabina y luego mutilaron sus cuerpos.

El inspector de la Vega de los Padres, Jesús Díaz Ríos, en compañía de seis agentes de la policía, una vez informados del hecho, se trasladaron hasta la hacienda El Pital para efectuar la diligencia de levantamiento de los cuatro cadáveres e iniciar la persecución de los criminales, quienes siguieron el curso del río Magdalena, hacia el norte.”
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 Fuente: VICTOR EDUARDO PRADO DELGADO “Sangrenegra VIDA Y CRÍMENES” Ibagué, León Gráficas Ltda. Primera Edición 2016




Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018




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Edición Número 23, Girardot, Mayo 5 de 2018 – "SANGRENEGRA" EN SANJUAN DE RIOSECO (CUNDINAMARCA)


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INCURSIÓN DE ‘Sangrenegra’ EN SANJUAN DE RIOSECO

Por VICTOR EDUARDO PRADO DELGADO




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“Marcos empezó a contar acerca de las masacres, pues ‘Sangrenegra’ hizo un recorrido mortal durante su recorrido hasta Chaguaní, bajó a varias personas de un bus interdepartamental y se llevó a un detective del DAS, y más adelante asaltó varias fincas cundinamarquesas.

“Primero fue en la vereda La Magdalena, más debajo de Cambao, ‘Sangrenegra’ llegó a un punto llamado Lomalarga, y en esa carretera que va hacia Bogotá, cerca de San Juan de Rioseco hizo parar un bus, bajó a la gente y les pidió las cédulas, la mala suerte fue para un detective que iba allí”.

“Sacó aparte al hombre y lo cogió de las ‘mechas’, luego sacó un cuchillo y le hizo un corte hasta que le quitó la cabeza, luego echó a botes por un cafetal; terminada esta acción le dijo al conductor que se subiera, así como a los pasajeros”.

“En ese momento pasaba una camioneta que iba para Bogotá, llevaba a una muchacha, hija de Juan de Dios Rubio, uno de los liberales más conocidos de Cambao, la señorita era hermosa y se la querían llevar, pero en ese momento le informaron a ‘Sangrenegra’ que no lo fuera a hacer, porque el conductor del carro era Joaquín Monroy, también conocido de la zona, y que él se llevaba a la mujer a estudiar, y que fuera a hacer nada, porque las personas era de los más reconocidos del pueblo por su condición de liberales.

“Entonces dejaron ir a todos y cuando llegaron las autoridades pues empezaron a hacer el levantamiento del cuerpo del detective y no encontraron cabeza.”


Fuente: VICTOR EDUARDO PRADO DELGADO “Sangrenegra VIDA Y CRÍMENES” Ibagué, León Gráficas Ltda. Primera Edición 2016





Edición Número 23
, Girardot, Mayo 5 de 2018




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