miércoles, 25 de octubre de 2017



Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017 –  (I ) UN DÍA SIGUIENDO A JORGE ELIÉCER GAITÁN (I)



                                                                                    Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017





( I ) UN DÍA SIGUIENDO A JORGE ELIÉCER GAITÁN

POR CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO

www.anibalvillanavarro.blogspot.com.co

(I)



Catorce años después de ser elegido diputado por Cundinamarca, como liberal, con los votos liberales  girardotenses, y once años antes de su asesinato, Jorge Eliécer Gaitán, el jueves 17 de marzo de 1937, regresa a Girardot por enésima vez, acompañando a Darío Echandía, candidato a la presidencia de la República por el partido liberal. Su oponente, Eduardo Santos, propietario del diario EL TIEMPO.
  
La descarga liberal comenzó en Bogotá aireada con intenso frío matutino en la Estación de la Sabana, donde miles salieron a despedirlos; en los días venideros, en cientos de cercanas y lejanísimas estaciones ferroviarias  de al menos seis departamentos, pañuelos blancos y rojos y manos desnudas que saludan y despiden, repetirán apasionadamente el gesto de victoria. Era como caminar por entre la multitud con un tren entre las manos.



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En Facatativá, San Antonio, Anapoima, el kilómetro 20, Apulo, El Portillo, Tocaima, el 9, La Virginia, Barsaloza y finalmente, la gran ciudad, adultos y jóvenes se colgaban de cualquier fierro de los vagones, para estar cerca del caudillo y el candidato. Desde la Virginia dos hileras de formidables trotadores, una a cada lado del tren, apretaban el paso para llegar junto a Gaitán a la Estación de Girardot, bastión rojo por antonomasia, civilizada, combativa y liberal.

En 1930, por Enrique Olaya Herrera, el pueblo liberal vota masivamente y lo lleva a la presidencia de la República, votaron liberales que el gobierno conservador quiso o a quienes no pudo anular sus cédulas de papel para votar por el “mono”Olaya. La sangría de los altos partidistas conservadores en 1929-1930, era más que evidente. Se encontraban en bandos irreconciliables, espíritus enfermizos por el poder y el odio, que venían arrastrando pecado tras pecado; pero el que peca y reza empata, máxima popular en Colombia entre el fervoroso pueblo católico, era un hecho cotidiano en el Estado colombiano, que representaba a un solo partido.

Los liberales, los parias del paseo, no tenían derecho ni al olor democrático, pues si algo en ese momento había ganado el partido liberal era su derecho a defenderse y a acceder al poder, pero esto último era más complicado. Se definiría confiablemente para los interesados en latrocinios monumentales históricos, mucho tiempo después, fueron los herederos mentales y de clase alta y media alta, más los advenedizos,   sucesores de quienes sucedieron en los cargos de poder al momento de poner el grito en el cielo en Bogotá y mil lugares más. A partir de 1830, se dice que eran los mismos con las mismas en los mismos sentidos del poder.

Desde 1885 hasta 1930, 7 de agosto, número que si se escribe en letras pierde todo sentido, la jerarquía conservadora (no hay godo bueno, pero sí conservadores buenos, recordaba el abuelo), ponía candidatos clave, falsificaba cédulas, anulaba cédulas, certificaba quién votaba y quién no, todo en clavija contra los liberales, robaba votos, hizo fraude a más no poder, excepto en 1930. Se le terminó el aceite que mantuvo encendida la lámpara que iluminó el culebrero camino azul de Ospina, Núñez, Suárez y algunos faltones. Decían o dijeron acreditados jesuitas de la época nefasta, que el regaño papal contribuyó a aflojar el lazo de la horca política. La República, la Nación en ciernes no resistiría una elección presidencial fraudulenta. Un odio contrario incubado por los agredidos haría trizas tan bello país. Roma se alió con el partido liberal, pero no votó por él.



1937. Jorge Eliécer Gaitán con gabardina blanca, con Darío Echandía a su derecha
Periódico Unión Liberal marzo de 1937, Bogotá



                                                                                   Edición Número 7, Girardot, Octubre 25 de 2017


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