Edición Número 6, Girardot, Agosto 24 de 2017
DISCURSOS
Señores:
En nombre de la colonia Siria de esta ciudad y por recomendación especial e inmerecida, y en mi propio nombre libo esta copa, para despedir a los valientes franceses que parten mañana a ofrendar la sangre generosa que corre por sus venas en el altar sagrado de la Patria. ¡Cuán felices seríamos, de poder ser vuestros compañeros de armas, en defensa de la nación que siempre nos ha dado amparo y garantía! Pero el Excelentísimo señor Encargado de negocios de la República Francesa en Bogotá en contestación a un telegrama puesto por la Colonia, en que se ofrecía al Gobierno Francés, personas e intereses, dice que agradece el ofrecimiento pero que no tiene instrucciones de su Gobierno para nuestro enrolamiento en las filas del ejército. Nosotros seguiremos día por día y hora por hora y minuto por minuto la contienda que acaba de estallar y desde aquí veremos la marcha gloriosa de las armas Francesas camino de Berlín. Que la vergonzosa paz de 1870, sea para Francia la voz de aliento y el faro luminoso que nos ha de llevar por el camino de la victoria. No olvidéis las palabras de Bonaparte antes de Austerlitz: Más acá del Vístula o más allá del Danubio, entre los hielos del invierno o entre los rigores del verano seremos siempre los soldados franceses, los soldados del Gran Ejército. Y con Joffre a la cabeza tendrá que repetirse la epopeya Napoleónica, pues aun cuando los tiempos y los hombres son otros el valor francés es siempre el mismo y así lo vemos a través de los tiempos: INCÓLUME.
LUIS ANTUN
El señor Camilo Saab se expresó así:
Franceses:
Al grito de ¡viva Francia!
“vengan los hijos de la Patria”
Nuestra colonia Siria residente en esta ciudad tuvo el honor de recibir al primer grupo de franceses que partían para el teatro de la guerra. Hoy me complazco en expresaros en nombre de nuestra Colonia Siria y en el mío propio, los fervientes anhelos que sentimos todos nosotros por el éxito de vuestras armas en defensa del suelo francés al cual estamos vinculados por las simpatías más vivas y más sinceras.
Estad ciertos, queridos franceses, que donde quiera que estéis os acompañaremos de corazón; y si un día pudiéramos seros útiles, quedaríamos complacidos y orgullosos en responder a vuestro llamamiento.
Levanto mi copa por la República Francesa y por los que generosamente van a defenderla.
Viva Francia! Viva Colombia!
(Traducido del Francés)
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(EL COMERCIO. NUMERO 10. Girardot, Agosto 13 de 1914. SERIE 1ª.)
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