martes, 14 de abril de 2020

Edición Número 127, Girardot, Abril 14 de 2020:-LA TIJERA COMO PROTAGONISTA DE LA HISTORIA



                                                            Edición Número 127 Girardot, Abril 14 de 2020




LA TIJERA COMO PROTAGONISTA DE LA HISTORIA



POR DANIEL SAMPER PIZANO*



DANIEL SAMPER PIZANO


Es una lástima que los conocimientos de la historia nacional, que tienen la mayoría de los colombianos, se limiten a unos pocos estereotipos acuñados por los textos y los profesores escolares, y que no haya otras lecturas iluminadoras sobre una verdad más amplia de nuestro pasado.

En este sentido, las dificultades que se le presentan al investigador de la historia son apenas comparables a las sorpresas que le depara su misión. Como la historia patria ha sido escrita, en su mayoría, por fervorosa tradición familiar -el hijo acerca del padre, el nieto acerca del abuelo- hay que acudir a otras fuentes si se quiere tener una visión más realista de los hechos y los personajes. Pero trate usted de hacerlo, y se encontrará con curiosos extravíos, premeditados recortes y datos faltantes que obstaculizan a quien se dedica a la ingrata labor de hurgar el pasado.

Casos concretos: para entender bien la separación de Panamá hay que consultar, entre otros autores, a don Oscar Terán, un panameño-colombiano que ofrece en sus libros análisis de primera mano sobre la comprometedora actitud de la clase dirigente nacional frente al conflicto. Este volumen -primero de una obra repartida en dos- estuvo perdido varios meses en la Biblioteca Nacional. Luego de innumerables pesquisas, vino a aparecer en una sala distinta y distante de aquella donde debería hallarse. En la Biblioteca de la Academia de Historia no se encuentra, tal vez debido a los pocos ejemplares -mil- que se editaron.

Del historiador Pérez y Soto, quien escribió importante obra acerca de los tratados con Panamá, solo se consiguen con facilidad sus obras no polémicas. Las de denuncia es muy difícil hallarlas. Igual ocurre con las obras panfletarias de don José María Vargas Vila, buena parte de las cuales es imposible consultar, al paso que “Aura o las violetas” se vende en cualquier quiosco.

La colección de periódicos, por ejemplo, también ha sido víctima de piadosas o abusivas mutilaciones. Los tomos empastados que reposan en la Biblioteca Nacional, presentan huellas frecuentes de cuchilla. En la colección de EL TIEMPO, que existe en nuestra más importante biblioteca, está totalmente recortado lo relativo al debate contra Marco Fidel Suárez, así como lo referente a la matanza del 19 de marzo de 1919. Por fortuna, la segunda copia que allí se guarda de esta colección, ha sido protegida para que no se pierda por completo el testimonio.

Pero, en cambio, actualmente solo se archiva un punto de vista en materia de periódicos. La Biblioteca Nacional carece de colecciones de “La Calle”, por ejemplo, que permiten seguir una parte fundamental en la vida del más probable futuro presidente de Colombia; o de “La Nueva Prensa”, o de “Frente Unido”, el semanario que publicaba un inevitable personaje histórico, como el padre Camilo Torres; ni siquiera existe colección de “Voz Proletaria”, para permitir a los investigadores del futuro obtener una visión sobre lo que opinaba el partido comunista colombiano en el siglo XX. Este error de perspectiva será sin duda fatal para los historiadores del porvenir, que estarán obligados a juzgar las cosas con base solo en una apreciación sobre los problemas nacionales.

De todos estos vacíos en que se hunde cualquier persona preocupada por el pasado nacional, surgen las grandes sorpresas originadas negligente o intencionalmente marginados de los textos de la historia. Varias de ellas encontré en tres libros que acaban de publicarse, y a los cuales haré próxima referencia: “Colombia y la diplomacia secreta”, de Diego Uribe Vargas;  “Los dirigentes políticos ante el tribunal de la historia”, del capitán Elías Escobar Salamanca, y “Enfoque social de la revolución comunera” de Armando Gómez Latorre. Espere, pues, el próximo episodio de este interesante tema.
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ADMINISTRADOR Y COMPILADOR: CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO
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* Este artículo, quizás de 1970-73, forma parte de la conocida columna Reloj del tiempo, publicada en el diario EL TIEMPO, que durante muchos años escribió el periodista Daniel Samper Pizano. Hice el recorte sin contar con la fecha exacta y lo guardé. Hoy lo desdoblé y la sorpresa fue realidad. El eterno problema o discusión de las fuentes para historiar: las que se robaron y las que desaparecieron por errores humanos.
Para Girardot, a lo largo de su historia, años enteros de periódicos desaparecieron de la Hemeroteca Nacional, ubicada en la Biblioteca Nacional, a lo mejor un poco antes de llegar a la más venerable de las hemerotecas del país. Muchas cosas han mejorado. Otras fuentes han sido encontradas, pero miles de ediciones desaparecieron como por encanto.


Edición Número 127, Girardot, Abril 14 de 2020

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