Edición Número 3, Girardot, abril 30 de 2017
LA SAETA
ABRIL DE 1911
PERMANENTE
LIBERALES Y REPUBLICANOS: UNA SOLA LISTA CON CANDIDATOS IDÓNEOS, Y A LA URNA CON ELLA SIN VACILACIONES
PRO PATRIA[1]
Me llaman la verdad, soy hija del tiempo
y todo lo espero de mi padre.
El Tiempo, respetable colega capitolino, defiende el nuevo pacto y explica por qué la fracción republicana en vez de irse al concentrismo busca al Partido Liberal. En el campamento del añejo conservatismo no hay ideas patrióticas; sus hombres luchan y combaten por el triunfo de la causa, aunque ella traiga desventuras y males al país.
Nosotros aplaudimos la labor de El Tiempo, como aplaudimos todo esfuerzo que se haga en bien de los intereses inalienables de Colombia. Nosotros, humildes laboradores de una idea grandiosa, abogaremos porque el ideal no se abata, porque la parte sana del país sea la que maneje sus destinos. Y esta labor tiene, oídlo bien señores liberales y señores republicanos, tiene que ser enérgicamente apoyada. Todo aquel que en su pecho abrigue un átomo de amor por la República, está en la obligación de que ese amor tome forma concreta. Una papeleta en la urna.
“El clero no gana ni pierde elecciones, *” ha dicho un pensador, amigo nuestro.
Sin inmiscuirnos en la trascendencia del apotegma, consideramos pernicioso para las prácticas republicanas, que nuestro gobierno tolere que el púlpito, desde el cual el Manso predicó el amor y la caridad, sea convertido en tribuna difamatoria, en cátedra de sugestiones odiosas para el pobre pueblo desgraciadamente inculto.*
Infierno y cielo: palabras amenazantes y de gran trascendencia para cerebros oscuros; y oscuros son los cerebros de las tres cuartas partes del infortunado pueblo colombiano. “El clero no gana ni pierde elecciones”; bien dicho para otro país, pero no para el nuestro en donde el clericalismo es más político que religioso*: en donde el confesionario, de purificador de conciencias, se convierte en reclutador de ellas para sumirlas en el negro calabozo del absolutismo.
No combatimos la Iglesia; cristianos, como que somos defensores de toda moral, apreciamos en lo que valen las ideas del gran crucificado, y por eso combatimos las profanaciones de aquellos que entre el incienso purísimo de los altares y teñido los labios con la sangre inmaculada del mártir de Sion, invocan a Moloch.
Entre el ejército de sotana y el concentrismo conservador no hay solución de continuidad; las ideas del uno son las ideas del otro: cadenas al pensamiento; guerra a muerte a la instrucción del pueblo; centralización de rentas y poderes; estrangulamiento de la libertad de sufragar, y Roma sobre la patria. *
Ese es el enemigo que debemos combatir. Enemigo implacable a quien no detiene nada ni nadie para el logro de sus fines. Compactación, compactación y más compactación en los dos elementos hoy aliados, y la aurora del triunfo será la precursora de un día glorioso para la República.
Liberales y republicanos: la lucha está entablada y es la urna el campo de batalla. A ella, pues, sin temores, ya lo dijo el poeta.
“Quien no espera vencer, ya está vencido.”
*N. del C.: La cursiva es del compilador. Es la primera vez que desde un editorial de la prensa local liberal se denuncia la participación política abierta y desembozada del clero. El discurso del púlpito se respondía desde los periódicos y en la organización de las masas y el de estos desde el púlpito…Discursos cada año más virulento hasta desembocar en los asesinatos de los líderes liberales Rafael Uribe Uribe (1914) y Jorge Eliécer Gaitán (1948), considerado éste, favorito en las presidenciales para suceder al mandatario conservador Mariano Ospina Pérez. Violencia que ha continuado hasta hoy.
[1] LA SAETA. Girardot, Abril 16 de 1911, Número 47. Editorial.
Puente "Viejo", Puente Real o Puente Carrizosa, dado al servicio en 1883 aproximadamente (Colección Privada)
Puerto de Girardot (temporada seca). Se observa el peñonero, las viviendas del barrio Buenos Aires y el puente real o puente viejo al fondo
Centro Histórico de Girardot, un aspecto (Memoria Cámara de Comercio de Girardot, 1933)
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UNA PROFECIA[2]
En la primera semana de Agosto del año de gracia de 1810, llegaron a la Villa de San José de las Palmas de Guaduas, el virrey Amar y su esposa y demandaron albergue en una humilde casa de paja en las afueras del lugar. En agradecimiento de la generosa hospitalidad que allí reciben, la virreina quitóse un medallón y cadena del cuello y poniéndolo en el de la hija de la casa le dice: “Pola, lleva contigo siempre este recuerdo nuestro. Grandes servicios prestarás a la Revolución que hoy nos arroja, pero pobre ¡niña!; un trágico fin se te espera.”
Mucho amó la Pola a la Patria y mucho sirvió a la causa de los Libres. En pago de ese amor y servicios, de su firmeza, de su valentía, de sus sacrificios, el virrey Sámano la condenó al patíbulo con su novio el capitán Savaraín. Cuando van a atarla al poste para ser fusilada por la espalda como traidora, arroja envuelto en míseros trapos lo único que poseía en su miseria: un medallón. El oficial de la escolta lo recoge. Lo abre, halla un mechón de cabellos y leyó la inscripción que los circuía: “Soy de la Excelentísima señora virreina doña Francisca Villanova de Amar y Borbón.”
El estampido de una descarga va a despertar los ecos del Monserrate, una nubecilla de nubecilla de humo se desvanece, y Policarpa asciende a la inmortalidad, pura como una lágrima.
La profecía de la Villanova se ha cumplido.
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NOTA: Los dos textos son arte de una investigación que realizo sobre elementos sociales, políticos, culturales y otras yerbas, acerca de la ciudad de Girardot. Para 1911, en abril, mes de aguas mil, LA SAETA, órgano oficioso de la filosofía liberal y del Partido Liberal colombiano en la Ciudad de Las Acacias, expone su denuncia frente a las atribuciones de siempre, nunca concedidas por los liberales, que pretendía imponer la jerarquía católica y el partido conservador, dos y una misma cosa. Girardot, ciudad de mayoría absoluta liberal se sacudía cada cierto tiempo de las avanzadillas ideológicas del partido azul y la jerarquía romana. Duro enfrentamiento ideológico y político, que a la larga ganó, históricamente, el partido rojo, pero parece que perdió sus almas. La masonería permanecía expectante.
En este año de 2017, la Pola tendrá la honra diaria de los devotos de la libertad de Colombia, lo que después se llamó Colombia, y como nota anecdótica, cierta para otros, la profecía de su inmolación y su Gloria.
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