Edición Número 172, Girardot, Octubre 16 de 2021:-RAFAEL URIBE URIBE, UN PENSAMIENTO VIGENTE
RAFAEL URIBE URIBE, UN PENSAMIENTO VIGENTE
POR JAIME ÁLVAREZ LLANOS*
CARRERA POLÍTICA
ASCENDENTE
Rafael Uribe Uribe nació en Valparaíso
(Antioquia) el 12 de abril de 1859, en la hacienda El Palmar, que en esa época pertenecía a jurisdicción del municipio
de Caramanta. Hacía parte de una familia de campesinos antioqueños de recursos
económicos medios, artífices del fenómeno poblacional y demográfico conocido
como la colonización antioqueña. Los Uribe eran de tendencia cultural
civilista, por lo que se marginaron de las contiendas militares de mediados del
siglo XIX. Rafael Uribe Uribe formó su
carácter en el seno familiar acompañando los quehaceres rurales, que alternó con la educación básica primaria recibida
directamente de su señora madre, hasta que cumplió 8 años de edad. Desde ese momento sus padres, Tomas Uribe y
María Luisa Uribe de Uribe, decidieron radicarse en Medellín
para ofrecerles una mejor educación a sus hijos.
A los 12 años ingresó a cursar sus estudios secundarios en la
sección de bachillerato de la Universidad de Antioquia, que poseía un programa de formación básica general, denominado
Colegio del Estado, donde en medio de principios estrictamente conservadores,
recibió, además de conocimientos de cultura general, capacitación en logística
y disciplina militar.
En el último año de estudios, antes de
graduarse de bachiller en un colegio de Buga, fue reclutado, con solo 17 años, para combatir en defensa del Partido
Liberal que gobernaba el Estado soberano del Cauca contra el Estado Soberano de
Antioquia, gobernado por los conservadores, en el marco de la guerra religiosa
de 1876. Ya titulado bachiller, después de la guerra, Rafael Uribe Uribe
recibió una Beca del Estrado de Antioquia para cursar Jurisprudencia en el
Colegio Mayor del Rosario, en Bogotá, donde estudió hasta graduar como abogado en 1880. Más
tarde se desempeñó como procurador del Estado
soberano de Antioquia. En 1882, siendo docente de la Uniantioquia,
comenzó su incursión en la producción escrita de opinión política, colaborando
como redactor de revistas políticas liberales de la región como La Consigna y La Unión.
Sus experiencias militares se repitieron
en 1885 cuando, en calidad de coronel, dirigió las tropas liberales de
Antioquia, en el marco de la guerra del radicalismo contra el gobierno regenerador
de Rafael Núñez.
En esa guerra mató a uno de sus soldados porque intentó armar una insubordinación al interior de
su ejército. Uno de sus biógrafos
lo justifica así: <<Amigo en extremo
de la disciplina y del respeto, no permitió nunca que sus órdenes fuesen
discutidas, como lo demostró tempranamente con este insuceso al que se vio
obligado para poder mantener su autoridad y la cohesión militar de su batallón. Por este hecho fue encarcelado y juzgado por el gobierno conservador,
pero salió absuelto>> (1).
En 1893 regreso a Bogotá, integrándose más
activamente al Partido Liberal. En esos tiempos el tesorero de la Dirección
Nacional Liberal, Eustaquio de la Torre, lo contrató para administrar unos cafetales de Viotá.
En la guerra civil de 1895, considerada por la historiografía nacional como una
aventura belicista casi demencial, donde, de manera rápida y aplastante
perdieron los liberales
contra el gobierno conservador de Miguel Antonio Caro, Uribe Uribe debió
participar como disciplinado dirigente de su partido. Su intervención culmino
con su detención por cinco meses en una cárcel de Cartagena a manos del
ejército oficial. Al salir de prisión
fue elegido, en 1896, como representante a la Cámara, siendo el único
parlamentario liberal, puesto
que el ya usual fraude electoral permitió la toma casi plena del Congreso por
parte del conservatismo. Allí se batió solo contra la aplastante mayoría oficialista, pero por
su dinámica política, su arrolladora oratoria, sus constantes denuncias de
abusos de poder y su papel de fiscal del establecimiento, logró el prestigio necesario para ser el
principal opositor al gobierno y uno de los demás importantes líderes
nacionales de liberalismo.
DE LA GUERRA A LA PAZ
El sectarismo del Partido Conservador en el
Poder, la intolerancia ideológica, religiosa y política de su gobierno y la
exclusión de los liberales de toda participación burocrática se sumaron a la
tendencia belicista de los dirigentes
liberales para que en 1899 estallara la más cruenta guerra civil del siglo XIX,
conocida como Guerra de los Mil Días, que se extendió hasta 1902. En esta
guerra tuvo Uribe Uribe un notable
protagonismo, tanto en su estallido como en su devenir militar y su desenlace.
Combatió con toda convicción y ardentía según en ese momento le imponían sus ideales (2). En esta guerra que costó más de cien mil muertos, la idea guerrerista de
muchos líderes se fue transformando. Ese fue también el caso de Uribe Uribe,
que paso decidiendo de belicista a pacifista.
Uribe Uribe fue uno de los firmantes del
trabajo de paz que dio fin a la Guerra de los Mil Días en la hacienda Neerlandia. Desde ese momento trasladó su lucha del terreno militar al papel y a la tribuna
parlamentaria. En Barranquilla, al licenciar y
disolver sus tropas dijo: <<Hemos
combatido por la verdad y la justicia; nada se nos dé si la fortuna veleidosa
nos volvió la espalda. Despidámonos como soldados y preparémonos a saludarnos y
preparémonos a saludar como ciudadanos>> (3).
En 1909 resultó elegido representante a la
Cámara por Antioquia, y en 1911 fue senador de la República por Antioquia y por
Caldas. En ese año fundó el diario El
Liberal, como órgano ideológico directriz de su partido, propagador de las
ideas liberales y fomentador del progreso nacional. Uribe Uribe encarnó en su
época la conciencia social liberal y después de la Guerra de los Mil Días
enarboló la bandera de la concordia por reconstruir una nación en ruinas.
El ideario del líder liberal adquiere, tal
vez, su mayor riqueza política en los discursos que puso en circulación durante
la primera década de este siglo. Pero en este aparte del trabajo se inicia el
análisis con textos del siglo XIX, porque en ellos se hallan elementos cuya
vigencia es indiscutible. Por ejemplo, otra disertación memorable, que hoy se
hace necesario destacar fue el “Tratado de la tolerancia”, que pronunció tres
días después de haber expresado el “Tratado de la igualdad”.
SU MUERTE
El carácter radical de sus posiciones y su
visión hábil y en ocasiones pragmática de las coyunturas políticas, así como la
complejidad de la correlación de fuerzas en cada período, no le permitieron
unificar plenamente al Partido Liberal en la primera, ni a principios de la segunda década del siglo XX.
Su participación en el gobierno del quinquenio lo marginó del movimiento
coalicionista de la Unión Republicana que alió a liberales con algunos
conservadores, en oposición a la gestión cada vez más autoritaria y errática
del general Rafael Reyes. Por eso no participó en los acontecimientos que
confluyeron para que cayera el gobierno de Reyes en marzo de 1909 (4). Fue así como formó una fracción liberal no
republicanista que se llamó el bloque liberal. Esta fracción, liderada por
Uribe Uribe, hizo oposición al gobierno de Carlos E. Restrepo (1910-1914), en el
que en los primero años participó el sector del liberalismo que hacía parte de
la coalición de la Unión Republicana (5).
Por esa Razón, el Partido Liberal llegó
fraccionado a la elección presidencial de 1914. Los antiguos republicanos
presentaron a Nicolás Esguerra como candidato. Rafael Uribe Uribe, consciente
de que así dividido el liberalismo no tenía nada que hacer contra la
candidatura del conservador José Vicente Concha, decidió hacer coalición con el
conservatismo. El resultado fue la victoria aplastante del candidato de la
hegemonía (6).
Una vez integrado el gabinete de Concha
con participación de dos ministros liberales, recomendados por Uribe Uribe, dos
humildes artesanos bogotanos Leovigildo Galarza y Jesús Carvajal, convencidos
de que el líder liberal era el culpable de la crisis económica que los había
dejado sin trabajo, le propinaron varios hachazos mortales en la cabeza, cuando
subía las escalinatas del Capitolio Nacional, el 15 de octubre de 1914 (7).
Así murió la figura quizá más promisoria
del liberalismo colombiano a principios del siglo XX y unos de sus más
importantes ideólogos en toda la centuria.
VISION PROGRESISTA DEL
ESTADO
Quizá, una
de las grandes contradicciones entre los Estados manejados por proyectos
político-ideológicos que se inspiran en la democracia liberal y los Estados
dominados por proyectos político-ideológicos que se inspiran en el socialismo,
y que ha sido la gran polémica del siglo XX, se centra en la responsabilidad que tiene el Estado
para con su sociedad. Para la democracia liberal el papel del Estado es el de
administrar mejor las leyes y los mecanismos de regulación en aras de la
igualdad de oportunidades. Para el socialismo el papel de Estado es administrar
mejor los recursos en aras del bienestar colectivo en términos de equidad de
condiciones. En ese debate, las posiciones que se han considerado más progresistas se
identifican con la segunda opción.
Debe
haber un estado fuerte e interventor, para que sea más responsable con
su sociedad. En ese aspecto, Rafael Uribe Uribe en su pensamiento político se
puede identificar como progresista, porque para él: <<…Solo el Estado,
que es perpetuo, representa los intereses perpetuos de la sociedad; solo él
puede hacer desembolsos reproductivos al través de los años; solo él puede, con
larga visión, imponer sacrificios a la generaciones actuales para preparar a
las venideras una existencia mejor. En nuestra Colombia, solo el esfuerzo
colectivo, bien dirigido y honradamente manejado, puede sacarnos de la
postración presente para convertirnos en lo que debemos ser: un pueblo rico,
grande y glorioso, el primero en Hispanoamérica>> (8).
IDEAS DEMOCRATIZANTES
En relación con sus propuestas para la
modernización del sistema electoral, Uribe Uribe propuso algunas medidas de
renovación que estaban encaminadas al mejoramiento del sistema democrático
representativo, que, aun cuando teóricamente es restrictivo de la verdadera
democracia, para el caso colombiano, en la época de Uribe Uribe funcionaba tan
rudimentariamente, y con tantas limitaciones legales al sufragio libre que era
absolutamente permeable al fraude, a la manipulación de resultados y a la
coacción de los volantes (9).
Al respecto Uribe Uribe planteó
varias ideas reformistas relacionadas con la elección directa de los senadores,
renovar la Cámara y el Senado, cada dos años,
reemplazar el sistema del voto
incompleto por el acumulativo, retiro del voto a la fuerza armada, etc. (10)
Esa evidente preocupación por la pureza
del sufragio en el pensamiento de Uribe Uribe, no solo era absolutamente consecuente con la necesidad de
modernización que requería el atrasado sistema electoral colombiano de su
época, sino que además era una legítima aspiración de un pensador optimista que
concebía la democracia como sistema puro, que puede poner en evidencia las
mejores cualidades de los hombres.
Parecía estar convencido de que mejorando
el sistema electoral y por lo tanto eligiendo en los procesos democráticos a
las personas más capaces y comprometidas con el bienestar general de su
comunidad, se podría construir una nación más prospera y más justa. Eso lo
corrobora el siguiente aparte de uno de sus escritos, donde al referirse a las
necesidad de cualificar el sistema electoral, afirmó: << Disciplinada por aparte cada comunidad, es en las
corporaciones deliberantes que resulten de elecciones ordenadas, donde los
voceros genuinos de las distintas agrupaciones pueden y deben entenderse para
realizar el bien general, según sus afinidades, pues la organización autonómica
en el pensamiento de los que de buena fe la defendemos, lejos de impedir las
inteligencias en favor del procomún, abre campo a las transacciones o acuerdos
sobre puntos no doctrinales, con bases ciertas y expresas convenidas por
mandatarios autorizados, en vez de la indeterminación creada con las alianzas
individuales que ocasionan engaños y quejas>> (11).
IDEARIO REFORMISTA
En uno de sus discursos en el Parlamento
hizo una síntesis de sus ideas para mejorar la situación de los trabajadores,
planteando que: <<… Es indispensable
para construir una sociedad más digna y justa instaurar la limitación de las
horas de trabajo, el descanso semanal, la reglamentación de labores para menores y mujeres, la seguridad
industrial, la atención médica
de los accidentes de trabajo, las pensiones de vejez y de muerte y el
establecimiento de cajas de ahorro, todo a través de un código de trabajo que se encargue de evitar las
injusticias>> (12). Consideró al sindicalismo como un factor importante como fuerza
ordenadora del querer de los obreros. Del cooperativismo llegó a
conceptuar que era uno de los medios para transformar las condiciones del país:
<<
Lo que se necesita es el desarrollo
del espíritu de asociación>>.
De igual forma sugería que el proletario
se esforzara por adquirir suficiente valor profesional o técnico a la vez que
calidades intelectuales y morales. Esas calidades le permitirían ascender a la dignidad del patronado colectivo.
Creía en las virtudes del cooperativismo, de las cooperativas, de los
sindicatos y de todas las formas nuevas de agremiación, nacidas del contacto
permanentemente entre los trabajadores. A todas estas propuestas Uribe Uribe le
adicionaba otra serie de reformas que hoy nos permiten identificar su ideario
como un avance hacia la democracia social. Entre tales medidas proponía
asistencia a los ancianos caídos en la miseria, leyes sobre los accidentes del trabajo y
protectoras del niño, de la joven y de la mujer. Obligar a los patronos a
preocuparse de la higiene, del bienestar y de la instrucción personal,
asistencia médica gratuita a desamparados, etc. (13).
En conclusión, el ideario de Rafael Uribe
Uribe está preñado de propuestas progresivas que, no
solamente coinciden con las iniciativas democratizaste que han circulado en la
vida política del país a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, sino que también corresponden plenamente
con las caracterizaciones actuales que la politología contemporánea ha
realizado de los sistemas democráticos ideales.
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*Historiador. Profesor de la Facultad
Ciencias Humanas, Universidad del Atlántico.
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FUENTE: LATITUD / LA REVISTA DOMINICAL DE EL HERALDO / 2.11.2014
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BIBLIOGRAFÍA:
1. Castaño Zuluaga, Luis Ociel. Biografía de Rafael
Uribe Uribe. En: Gran Enciclopedia de Colombia, tomo de biografías, Bogotá,
Círculo de Lectores, 1993. Página 151.
2. URIBE URIBE, Rafael. Documentos militares y
políticos. Medellín, Beneficencia de Antioquia, 1982.
3. Diario El
Siglo, Barranquilla, 3 de noviembre de 1902, página 1.
4. MEDINA, Medófilo, La Protesta Urbana en Colombia
durante el siglo XX. Bogotá, 1984.
5. MELO, Jorge Orlando. De Carlos E. Restrepo a Marco
Fidel Suárez. Republicanismo y Gobiernos Conservadores; En Nueva Historia de
Colombia. Tomo I. Editorial Planeta, Bogotá, 1989.
6. MARÍN TABORDA, Iván. La hegemonía conservadora. En:
Gran Enciclopedia de Colombia. Volumen 2. Santa Fe de Bogotá, Círculo de
Lectores, 1991.
7. Santa, Eduardo. Rafael Uribe U. Medellín, Bedout,
1973.
8. URIBE URIBE, Rafael. Escritos Políticos, Bogotá, El
Ancora Editores, 1984, página 118.
9. ÁLVAREZ LLANOS, Jaime. “El que escruta elige: la
recurrencia de las transgresiones electorales en el Caribe Colombiano a
principios del siglo XX”. Ponencia en el I Encuentro de Experiencias de
Investigación en la Facultad de Ciencia Económicas de la Corporación
Universitaria de la Costa. Barranquilla, Nov. 20 de 2009.
10. RAFAEL URIBE URIBE. Conferencias en el Teatro
Colón de Bogotá, 1904; en: Escritos políticos. El Ancora Editores, 1984, página
64.
11. URIBE URIBE, Rafael. Escritos Políticos, Bogotá,
El Ancora Editores, 1984, página 160.
12. URIBE URIBE, Rafael. Labor parlamentaria.
Medellín, Beneficencia de Antioquia, 1980. Página 149.
13. URIBE URIBE, Rafael. Escritos Políticos, Bogotá,
El Ancora Editores, 1984, página 172.
14. Álvarez, Jaime, Quimeras democráticas del siglo
XX. Barranquilla, Editorial Universitaria de la Costa. 2010.
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ADMINISTRADOR Y COMPILADOR: CARLOS ARTURO RODRÍGUEZ BEJARANO.
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